Sin verte te adoré

No hay encuesta que valga si de la espiritualidad del pueblo dominicano se trata. Somos un país de gente creyente, lo que no se podrá determinar a partir de si son más o menos que en años anteriores los peregrinos que fueron ayer a Higüey a venerar a la Virgen. La religiosidad de los dominicanos va con su historia, es parte de su cultura, por lo que no resiste conteo o medición, pues como sentenció Jean-Baptiste Massillon: “No es más justo el que más reza, ni más creyente quien más frecuente el templo”. Al Señor no hay que palparlo ni convencer a nadie para darnos cuenta de que está ahí. Sentir su amor es igual al estribillo de la canción: “Presentí en el mundo tu existencia, y como a Dios sin verte te adoré”.