Odiame por favor

Hay un cantaleteo, inspirado en supuestos sembradores de odios, que le sienta perfecto a sus patrocinadores, pues destilan odio al enjuiciar a los que dicen siembran odios. Su discurso es para detractar, de completa aversión, y detestan con intensidad, casi a niveles fóbicos, a los que piensan diferente a ellos, tanto sobre Haití como de determinados líderes políticos. Parece que su odio es especial, porque no lo asumen como tal cuando abominan y maldicen. Quizá aborrecer y despreciar es una forma de amar.