José Martí: A 125 años de la tragedia de Dos Ríos

José Martí. (Fuente externa)

El 25 de marzo de 1895, un día antes de la firma del Manifiesto de Monte Cristi, y estando en el hogar del generalísimo Máximo Gómez, José Martí escribe a su amigo Federico Henríquez y Carvajal una carta que por la gravedad de lo escrito y lo revelador del espíritu de su autor en aquel excepcional momento, sería conocida después como la Carta-Testamento de Martí.

Es una carta de gran sentido humano, vigorosa, llena de gratitud, dignidad y decoro, hecha de verdades y reafirmación de compromisos, con hondas apelaciones al deber del hombre que sin importar los riesgos de vida y encontrándose en la puerta del fuego de la guerra ni la rehúye ni evade.

“Escribo –afirma en ella- conmovido, en el silencio de un hogar que por el bien de mi patria va a quedar, hoy mismo acaso, abandonado. Lo menos que, en agradecimiento de esa virtud (se refiere a Gómez) puedo yo hacer... es encarar la muerte”.

Con esa carta Martí responde a la que Federico le había escrito. Sin embargo, penosamente, esa (la de Federico a Martí) se extravió y fue imposible su localización. Por el contenido de la de Martí se advierte las posibles preocupaciones que Federico a Martí le expresara en aquel momento trascendental en el quehacer de este último. De los ajetreos y compromisos de Martí por la libertad de Cuba conocía Federico y sabía que, aunque “a rastras con mi(su) corazón roto”, el alma, vida y corazón de Martí estaban centrados en ello. Días antes el propio Federico se había involucrado en esos trabajos de última hora y, apartando de su ánimo las justificadas molestias y distancias que tenía con el presidente Ulises Hereaux (Lilís), fue donde este que era un simpatizante y colaborador oculto de la independencia cubana.

De noche y en secreto, pues nadie debía enterarse, acompañado de otros dos conspiradores a favor de la causa cubana, Federico fue donde su enemigo Lilís, a pedir por la necesaria ayuda económica para hacer finalmente la salida a Cuba de Martí y Gómez. Lilís no solo fue amable con sus visitantes sino que respondió positivamente al pedido y sin hacerse esperar ordenó a través de otra persona la entrega de dos mil pesos que con urgencia se necesitaban para la expedición a Cuba.

Martí y Gómez se encuentran “en vísperas de un largo viaje”, como diría Martí en otra hermosísima carta que ese mismo día escribió a su madre doña Leonor. Aquel viaje sin retorno, ansiado y buscado afanosamente por ambos tenía por objeto desembarcar en Cuba y ponerse al frente de la ya iniciada guerra de independencia de Cuba.