La cámara de cuentas, un problema y una oportunidad

República Dominicana no es el único país en el cual los ciudadanos expresan permanente frustración por la mala calidad de la gestión pública y los efectos perniciosos de uno de los tipos de fraude característicos de dicha gestión: “La corrupción”.

En toda la región de Latinoamérica y el Caribe es un denominador común que año tras año, se incumplan las metas y expectativas en salud, educación, trabajo, seguridad y protección del medio ambiente, entre otros. Paralelamente es pan de cada día, los escándalos de presuntos actos corruptos contra los recursos del estado, las violaciones a la ética pública y la consistencia en la impunidad de quienes abusan de los recursos y el patrimonio público.

En algunos países aparentemente más desarrollados como Chile, Colombia y Brasil, ya se experimentan brotes de estallido social con una carga de violencia que podría extenderse a toda la región. Esto sin incluir países en que sus indicadores Socioeconómicos muestran un gran deterioro en su viabilidad, como Haití, Venezuela y Nicaragua, principalmente. Las evaluaciones practicadas hasta la fecha, con el Marco de evaluación del desempeño de las instituciones superiores de auditoría (MMD- INTOSAI), reflejan que el Control Externo, una de las columnas esenciales de la gobernabilidad de toda sociedad democrática, presenta serias debilidades y su contribución histórica a la gestión pública y al bienestar de los ciudadanos es prácticamente nula. De hecho, en el Plan Estratégico que nosotros hiciéramos en el 2007, catalogamos la Cámara de Cuentas como un Lastre para las Finanzas del Estado.

El Rol de la Fiscalización. Para empezar, debemos entender que, por la complejidad de la gestión pública, a medida que se avanzaba en la revolución industrial, siglos XVIII a XX, se fue desarrollando una función eminentemente técnica e independiente de los gobernantes de turno, para examinar su trabajo e informar a los diferentes poderes y a los ciudadanos en general, los resultados de sus exámenes.

Esta actividad, se fue desarrollando con los años hasta convertirse en una profesión denominada Auditoría Externa y que en el ámbito público se denomina “fiscalización”, la cual debe ser llevada a cabo por profesionales debidamente formados y capacitados en las técnicas para examinar las operaciones gubernamentales, basados en estándares internacionales y locales que garantizan la objetividad o imparcialidad. Gran parte del desarrollo de las modernas técnicas de auditoría provienen de la práctica de auditores independientes en el sector privado de más de 150 años, y del crecimiento de la Organización de Entidades Fiscalizadoras Superiores de Auditoría (por sus siglas en inglés INTOSAI) que actualmente lidera en el mundo a las entidades fiscalizadoras superiores, dentro de las que se encuentra la Cámara de Cuentas de la Rep. Dominicana (CCRD).

La fiscalización en la República Dominicana. En la República Dominicana la Constitución y la ley establecen que, las atribuciones de practicar auditorías externas de la gestión gubernamental, corresponde a un órgano colegiado denominado Cámara de Cuentas, bajo la conducción de 5 Miembros que pueden conducir diferentes tipos de intervenciones consagradas en la Ley, las cuales no se limitan al examen de las cuentas gubernamentales expuestas por el Poder ejecutivo en sus informes financieros. La CCRD también tiene atribuciones para examinar el cumplimiento de los principios de Eficacia, eficiencia, economía y legalidad en las diferentes operaciones a cargo de las entidades públicas, al igual que a cualquier entidad privada, entidades sin fines de lucro (ONG), que tengan algún vínculo contractual o aporte presupuestal del Gobierno Dominicano. Quien obstaculice esto estará sujeto a que le declaren en Desacato, y recibir las sanciones descrita en la propia Ley 10-04.

5. Conocimiento y respaldo del presidente de la República. El Presidente de la República en sus intervenciones expresa conocer la problemática del presupuesto de la CCRD descrita en 4, anterior, y ha ofrecido que de su parte respaldará que el presupuesto de la CCRD se ajuste a lo requerido por la Ley. Esto es prioritario y deberá ser uno de los primeros pasos que debe darse con motivo del próximo cambio de autoridades de la CCRD. Incluso el Presidente mientras era candidato a la Presidencia planteo la modificación de la Ley 10-04 y planteo que se auditara el Estado anualmente, lo cual en mi humilde opinión es difícil de lograr, pero si concentrarse en las entidades que tienen un fuerte impacto en el Presupuesto Nacional. No obstante, el presupuesto consignado para la entidad en el primer proyecto de presupuesto presentado por el ejecutivo era de igual valor al aprobado para el 2020. Sabemos que estamos encima de una Pandemia, pero el trabajo de auditoria se debe realizar de igual manera, la Sociedad lo reclama y los recursos necesariamente son fundamentales.

6. La CCRD no se somete a controles de calidad Independientes. En incumplimiento de lo previsto en los estándares internacionales y locales, la CCRD desde el 2007 no se ha sometido a una evaluación independiente de su desempeño, como lo recomienda la INTOSAI (International Organization Suprime Audit Institutions). Este ejercicio permitiría desnudar en detalle las debilidades existentes. Los controles de calidad independientes ya están contemplados como requisito de la Ley. Lo que requiere INTOSAI como parte de las Normas Internacionales de Auditoría Gubernamental, es que se realicen evaluaciones periódicas de la calidad de los trabajos de auditoría de las Instituciones Superiores de Auditoría al menos cada cuatro años.

Estaremos presentando una segunda entrega próximamente para concluir con nuestras opiniones sobre este tema de la Cámara de Cuentas.

El autor fue Presidente de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana.

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