Pasando vergüenza por baterías

Quedar mal por falta de batería no tiene madre...

El apuro del carro que no quiso prender ni a empujones en la UASD y que se supone era una limosina oficial, pues estaba al servicio del presidente Correa, no fue algo casual.

Hasta ahora no se conoce una explicación que satisfaga y que debe darse. El gobierno o el país hicieron un papelazo, incluso de alcance internacional.

La falla, que no es nueva, o única, tiene que ver con la falta de mantenimiento de los vehículos que se asignan a invitados especiales.

Como no tienen uso diario, estarán por ahí arrumbados, y cuando llega la ocasión, sin ni siquiera darles un paño con pasta, los ponen en circulación.

Ahora fue con el presidente Correa y en los terrenos de la universidad estatal, pero el año pasado sucedió algo parecido, y coincidencialmente, con otro ecuatoriano.

El ministro de Defensa.

Estuvo de visita por el mes de octubre, y cuando fueron a buscarlo al aeropuerto, el auto dijo que no, ni para alante ni para atrás.

Solo superaron la vergüenza y salvaron la cara cuando a los edecanes se les ocurrió utilizar cables, esto es, "yompearlo", pues el problema siempre es de batería.

Ni el orden civil ni el militar resuelven.