Planificación e ilegalidad

El problema más grande que enfrentan nuestras ciudades es la falta de planificación urbana.

Las fallas en los servicios públicos son consecuencia de la casi nula planificación de nuestras urbes. Es más, se le podría preguntar a los que reciben un salario en los departamentos de planificación de nuestros cabildos hacia dónde se orientan nuestras ciudades, y estoy casi seguro de que no sabrían decirlo.

Cuando los dominicanos vuelan a Miami, por ejemplo, pueden apreciar desde el avión los lotes deslindados para las futuras ampliaciones de la ciudad. No hay nada al azar. Si un desarrollador quiere urbanizar una zona, sólo tiene que adquirir uno o varios lotes, sin alterar la planificación.

Aquí, quienes orientan la dirección del desarrollo urbano son los ocupantes ilegales de terrenos, que arman "urbanizaciones" y, luego del hecho cumplido, los "planificadores" santifican el hecho.

Pero esos "desarrollos" carecen de energía eléctrica, de agua potable, de alcantarillado y otros servicios básicos. Luego nos quejamos de las enfermedades recurrentes, y no sabemos de dónde provienen.

A la falta de planificación se une otra característica gravísima de los dominicanos: el irrespeto a la ley, ejemplificado en las invasiones de terrenos y la violación a la propiedad y las normas de zonificación.

Incumplimiento impune de la ley y falta de planificación crean todos los problemas de los que nos quejamos día a día. ¿Quién le pone el cascabel al gato?

atejada@diariolibre.com