Un liderazgo moral

Es quizás el problema más serio que tiene la sociedad dominicana en estos momentos, y no es económico: es la inexistencia de un liderazgo moral capaz de dirigir al país por los caminos de su regeneración ética y de un desarrollo económico inclusivo.

Todas las instituciones que teóricamente serían capaces de encabezar esa ruta están desacreditadas. Partidos políticos y hasta dirigentes religiosos son cuestionados en sus posiciones políticas y sociales y los individuos que podrían erigirse en referentes morales prefieren no envolverse en la vorágine de dirigir una tropa indisciplinada y sin frenos morales.

Cuatro puntos de acuerdo parecen indispensables para arrancar en el proceso:

1. Preferencia por el gobierno democrático, que debe ser un estado de derecho, con responsabilidad de sus actores .

2. Una economía libre, con un estado capaz de organizarla sin monopolios ni desviaciones graves.

3. Primacía de valores sobre sistemas económicos, políticos y sociales. Siempre debe primar una elección a favor del hombre en todas las políticas, y

4. Obligación de solidaridad.

Un verdadero liderazgo moral tendría que cimentarse en el propósito de construir un país más humano, más ordenado, más respetuoso y con mayor capacidad para enfrentar los retos del presente, lo que conduce a un mayor esfuerzo por una educación de mejor calidad y contenido en valores.

Hay que comenzar. ¿Quién se decide a proponer nuevas ideas y esfuerzos necesarios para este propósito?

atejada@diariolibre.com