Un país abierto

La República Dominicana es uno de los países más abiertos del mundo. Nuestro mercado es abierto, y tenemos crecientes relaciones con casi todo el orbe. Nuestro turismo está abierto a visitantes de todos los confines.

Eso es muy bueno, aunque pone al descubierto nuestras debilidades en el sector de la producción, de las exportaciones, y nuestra incapacidad para ordenarnos y mostrar la mejor cara a los visitantes.

Es imperdonable, por ejemplo, la arrabalización de los principales sitios turísticos, incluyendo la suciedad de la capital y otras ciudades. La falta de educación rampante en nuestro tránsito y los robos por doquier. Las últimas víctimas fueron dos periodistas de San Luis, Estados Unidos, que vinieron a cubrir el sepelio del jugador Oscar Taveras. ¿Qué van a comentar al público estadounidense de su experiencia aquí?

Esa apertura al mundo tiene que verse como un camino de dos vías. Debemos estar presentes en todos los lugares y organismos que podamos, aunque no nos gusten. La tolerancia va primero.