Una noche de cicuta para unos

Ahora el PLD es una mesa de tres patas...

No hay dudas de que los peledeístas se asomaron al vacío, vieron que era profundo, y que no tenían capas como Superman para remontar entre los fuertes cruces de viento.

Lograron reflotar, o eso se cree, pero la verdad que estuvieron al tris de ponerse chiquitos, y con muchas dificultades para caminar.

El negocio puede volver a ser como antes, aunque hay deudas que todavía no se pagan, y plazos que no llegarán a cumplirse. Bosch dijo una vez, y en relación al país y al gobierno de entonces: o jugamos todos o se rompe la baraja.

Y más o menos eso fue lo que se acordó el jueves: o nos reelegimos todos, o el partido se divide. Una Casa Nacional en Funglode y otra en el Palacio Nacional.

Ahora hay tres. La de Funglode con Leonel, la del Palacio con Danilo, y la de Gascue con Reinaldo, del mismo modo que en la campaña del 2012 hubo tres frentes.

La Santísima Trinidad, sin que quede claro quién es el Padre, o el Hijo, o el Espíritu Santo, y por el momento no sean tres en uno.

La noche del jueves fue de tragos, sólo que como Sócrates algunos apuraron cicuta, condenados por no aceptar los nuevos dioses, y desconocer el partido.