vagón de la prosperidad

La solución de la pobreza y el desempleo depende, en gran medida, de la competitividad de nuestro mercado. Las inversiones, son como las aves migratorias, cambian de hábitat cuando el ambiente no es el adecuado. El país ganaría mucho con cualquier esfuerzo que mejore nuestros indicadores en la materia. El mal desempeño que tenemos en las mediciones no se debe a la ausencia de políticas o de planes, sino a la falta de voluntad para ejecutarlos. El país necesita mejorar en todos los procedimientos burocráticos necesarios para una inversión, porque si no lo hace perderá el vagón de la prosperidad. hfigueroa@diariolibre.com