Sargazo Déjà Vu
El sargazo ha representado uno de los desafíos más complejos que ha enfrentado el turismo caribeño en los últimos años
Los sargazos han representado uno de los desafíos más complejos que ha enfrentado el turismo caribeño en los últimos años. Sin embargo, entre octubre de 2023 y mayo de 2025, su inconfundible presencia estuvo felizmente ausente de las playas de República Dominicana.
Durante casi dos años, los hoteles y las comunidades costeras se libraron del penetrante hedor característicos de las algas en descomposición y de los enormes costos de limpieza. Nos recordó cómo era la vida sin los sargazos.
Desafortunadamente, el año pasado, los sargazos regresaron con una fuerza apocalíptica y sin precedentes. Según el Laboratorio de Oceanografía Óptica de la Universidad de Florida, en 2025 se estima que alrededor de 40 millones de toneladas de sargazo cubrieron el Atlántico Oriental y el Caribe, duplicando el récord registrado en 2022.
Fue, sin duda, la temporada más intensa desde la primera gran irrupción del sargazo en la región en 2011. Después de un corto período de descanso, enfrentamos el sargazo déjà vu.
En Cabo Engaño, el punto más oriental del país bordeado por un océano abierto, sin la protección de arrecifes de coral, suele imponer una fuerza capaz de estrellar olas contra un farallón de seis metros. Este verano, sin embargo, la densidad del sargazo fue tal que el oleaje llegó a volverse casi imperceptible.
Un caso similar se registró en julio, cuando Rebecca García, bióloga marina de la Fundación Puntacana, realizó monitoreos submarinos de corales frente a la costa de Punta Cana y comentó que, en varias ocasiones, una vasta masa de sargazo oscureció el mar a su alrededor, bloqueando la luz solar como una manta extendida sobre el océano.
En contraste, en la costa norte, incluyendo Playa Rincón y zonas de Samaná, suele presentar una presencia mínima de algas. Sin embargo, este año comenzó a registrar eventos de sargazo cada vez más frecuentes, y, de continuar el crecimiento de la masa en la cuenca del Caribe, más destinos como Samaná y Cabarete podrían verse afectados.
Afortunadamente, la temporada de sargazo de 2025 ha concluido y las playas dominicanas han recuperado su esplendor. Aunque resulta tentador disfrutar de estos meses sin sargazo, este es también el momento clave para anticiparse y planificar de cara a la próxima temporada.
En este contexto, desde Grupo Puntacana, a través de la Fundación Puntacana, hemos avanzado en la implementación de acciones para proteger las playas de la zona, incluyendo la adquisición de nuevos equipos y materiales, así como el desarrollo de una infraestructura para la recolección de sargazo desde la costa y la formalización de acuerdos con empresas interesadas en su valorización.
Con el apoyo del gobierno alemán, hemos equipado un laboratorio de biomasa para analizar el sargazo y otros materiales orgánicos, con el objetivo de desarrollar nuevos productos. Asimismo, hemos iniciado los planes para crear una planta de procesamiento de última generación en Punta Cana, orientada a estabilizar las algas y prepararlas para su exportación.
Sin embargo, la realidad es que, si bien estas iniciativas son relevantes, los esfuerzos individuales del sector privado no bastan para enfrentar el impacto del sargazo a escala nacional.
En ese sentido, el Gobierno dominicano ha priorizado la visibilización del fenómeno en foros y conferencias internacionales, el impulso de la cooperación multilateral y el financiamiento de la investigación científica local, además de liderar recientemente una iniciativa que culminó con la primera resolución de las Naciones Unidas relacionada con el sargazo.
Si bien la diplomacia del sargazo ha sido relevante, la República Dominicana aún carece de una estrategia nacional clara para enfrentar esta emergencia considerando que han pasado más de quince años después del inicio de esta crisis, lo que limita una gestión efectiva, desalienta la inversión en proyectos de valorización y dificulta la coordinación entre actores.
Al mismo tiempo, la operación de equipos privados para la limpieza de playas carece de normativas y supervisión adecuadas, generando riesgos ambientales significativos. Avanzar hacia una estrategia nacional con lineamientos claros resulta clave para proteger las playas y costas del país a largo plazo.
La República Dominicana necesita políticas que incentiven la inversión en la recolección y valorización del sargazo, siguiendo ejemplos de México y otras islas del Caribe que ya cuentan con estrategias nacionales.
Al mismo tiempo, resulta indispensable establecer normas y supervisión para la operación de los equipos de limpieza de playas y la disposición final de las algas, a fin de reducir riesgos ambientales y garantizar la protección a largo plazo de las costas del país.
Finalmente, la importación de equipos esenciales para la gestión del sargazo continúa enfrentando altos costos y trabas burocráticas, lo que retrasa la respuesta y limita la inversión.
Agilizar estos procesos y exonerar dichos equipos resulta clave. Si bien no existe una solución única para el sargazo, el país debe avanzar de manera coordinada en medidas prácticas y eficaces que minimicen los impactos ambientales y en la salud. A pocos meses de la próxima temporada, es momento de actuar para evitar otro sargazo déjà vu.