¿Hay agua en Pedernales? Sí, pero poca

Según el “Estudio de Capacidad de Carga Turística Cabo Rojo-Pedernales” ordenado por el Fideicomiso Pro-Pedernales y realizado por la empresa Russa García y Asociados.

El mayor cuestionamiento que presenta el desarrollo turístico Cabo Rojo-Pedernales estriba en si esa zona desértica cuenta con la disponibilidad de agua necesaria para un proyecto de esa magnitud. La respuesta es que sí hay, pero sólo para la primera fase y con algunas recomendaciones puntuales de manejo que garantizarán su presencia en los grifos de las cientos de miles de personas que pasarán por ese destino hotelero en el futuro.

El “Estudio de Capacidad de Carga Turística Cabo Rojo-Pedernales” ordenado por el Fideicomiso Pro-Pedernales y realizado por la empresa Russa García y Asociados, del cual Diario Libre obtuvo copia, establece la problemática del agua como uno de los principales desafíos del ambicioso proyecto, pues en la provincia “el acceso al agua potable de la población es del 66%, lo que significa que una gran parte de ella no cuenta con el consumo de agua de calidad… El acceso a los servicios sanitarios es del 37%, otro aspecto crítico en términos de condiciones de vida y salud”.

El documento puntualiza que hay muy pocas fuentes de agua superficiales en la provincia, comenzando con la principal, que es el río Pedernales, el cual forma frontera con Haití en el sur y está seco en ese sector la mayor parte del año, y el otro río es el Mulito, afluente del Pedernales. “No hay mediciones del consumo de agua per cápita. El ayuntamiento no lo sabe. Son estudios que deben hacerse”, señala el análisis experto.

¿De dónde saldrá el agua?

La principal fuente de agua provendrá de la extracción del subsuelo. Según los estimados ofrecidos en el Plan de Desarrollo Turístico de Cabo Rojo-Pedernales, con los cuales coincide el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa), el agua para el desarrollo turístico será extraída del subsuelo a través de dos campos de seis pozos cada uno ubicados en los sectores Los Olivares y Paso Sena. Cada uno proporcionará 400 galones por minuto. “La capacidad de agua extraída de los 12 pozos antes mencionados, tanto en Los Olivares como en Paso Sena, generarán en su conjunto 26,161.92 m3/día”, señala el escrito.

“Es importante resaltar la necesidad de mantener la capacidad de recarga de los acuíferos y prever el agotamiento del yacimiento, tomando en cuenta las condiciones climáticas y las necesidades de la población y las actividades económicas presentes en la provincia de Pedernales”, alerta el análisis experto.

¿Cuánta agua se necesita?

Los estimados ofrecidos en el estudio de carga turística señalan que se necesitarán 7,851 metros cúbicos de agua diarios y 2,865,564 metros cúbicos al año. El mayor consumidor del recurso serán los hoteles de Cabo Rojo, que requerirán de 5,119 metros cúbicos diarios y 1,868,435 metros cúbicos al año. 

A manera de comparación, en el Gran Santo Domingo se produjeron unos 25.6 millones de metros cúbicos de agua al año para toda la zona capitalina, de los cuales 8.3 millones de metros cúbicos provienen de fuentes subterráneas, según los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas.

A los 7,851 metros cúbicos de agua diarios y 2,865,564 metros cúbicos al año, habrá que sumar el riego de los terrenos aledaños a las instalaciones, el cual deberá provenir de aguas tratadas y no de las fuentes principales. Se necesitarán 1,324 metros cúbicos por día, para lo cual el gobierno dispuso una planta de recolección y tratamiento de aguas usadas, cuya construcción dio en un acto inaugural encabezado por el presidente Luis Abinader en mayo pasado.

Los peligros

Según lo indicado por los técnicos a cargo de los cálculos de la producción de agua, con la explotación de cuatro pozos se pueden satisfacer los requerimientos de la fase uno del proyecto, pero alertaron que “es preciso recalcar la eminente intrusión salina al acuífero”, lo que implica que esas fuentes pueden contaminarse con niveles de sales no óptimas para el consumo humano.

“Los factores de corrección antes estimados indican que al cabo de los tres primeros años, la explotación de los acuíferos, por volúmenes de agua significativos, disminuiría sustancialmente la capacidad del suministro de agua potable, a consecuencia de: condiciones climáticas, efectos del cambio climático, la deforestación en las zonas altas dentro del acuífero y la intrusión salina. Situación que se prevé se mantendrá recurrentemente”, expresa el estudio.

Los expertos llamaron al Gobierno a cuidar la capacidad de carga de los acuíferos “a fin de prevenir el fenómeno de intrusión salina y prever el agotamiento del yacimiento, tomando en cuenta las condiciones climáticas y las necesidades de la población y las actividades económicas presentes en la provincia de Pedernales”.

Otro desafío fundamental para el proyecto es la lejanía de los pozos que suplirán el agua, pues se requerirá de fuentes energéticas eficientes, para el bombeo de los pozos y el mantenimiento de los niveles de presión requeridos para el transporte del líquido, que tendrá que recorrer 23 kilómetros hasta la zona hotelera. 

“A esto se suma la posibilidad de enfrentar pérdidas técnicas y no técnicas”, se expresa en la publicación, que alerta de “determinar el impacto de distraer 7,851 m3/día de la fuente de suministro de Pedernales, además de considerar el crecimiento que esa población tendrá cuando el proyecto se consolide en sus operaciones”.

El reciclaje y la desalinización

El estudio recalca la importancia del reciclaje del agua para su éxito y hace múltiples énfasis en que la gestión del recurso hídrico pasa por una “gestión eficiente del sistema de acueducto, mediante la implementación de un conjunto de acciones planificadas, orientadas al manejo eficiente del volumen de agua suministrado y entregado a los usuarios del servicio. Dentro de estas actividades pueden mencionarse: el control de pérdidas en los procesos de abastecimiento, el seguimiento y corrección de filtraciones en tanques de almacenamiento de la red matriz de acueducto y la búsqueda sistemática de fugas en redes”.

En concreto, a los expertos les preocupa que se haga un “uso racional y control del agua”, pues su mal manejo provocaría “incrementar la explotación” en los pozos disponibles.

“Se debe surtir de agua potable y es muy necesario disponer de un buen método de procesar las aguas servidas. El nivel freático es poco profundo y con una playa tan cerca, es un factor que puede resultar crítico”, sostiene el informe.

El rol de la planta de tratamiento que se construye en la zona cobrará especial importancia, pues el agua que pase por allí, una vez tratada, será reutilizada en el riego de los campos de golf y para suplir a los espacios públicos.

Se estima que el 90 por ciento del agua reciclada (7,066 m3/día) podrá ser reutilizada, el 60 por ciento de ella (4,240 m3/día) servirá para regar los campos de golf, las áreas verdes y las áreas públicas.

El informe previene problemas serios con el suplido de agua, aún en la primera fase, por lo que propone la “instalación de una planta desalinizadora del agua de mar en la Fase 1 (de al menos 6,000 m3/día), como una alternativa frente a los posibles factores reductores identificados en el Estudio de la Capacidad de Carga Turística de Cabo Rojo-Pedernales, especialmente por el impacto de la intrusión salina en las fuentes de agua; lo que proporcionaría además, un mensaje positivo a la comunidad en general, sobre el cuidado del recurso hídrico de la zona”.

Así, el agua para el proyecto Cabo Rojo-Pedernales luce identificada y disponible, aunque con el desafío de llevarla al lugar, reciclarla y cuidar su disposición. Eso en su primera fase, porque para las otras tres fases, la historia se complica.


Periodista puertorriqueño y Subdirector de Diario Libre. Ganó el Premio Nacional de Literatura Puertorriqueña, Categoría Periodismo, en 2018, por sus columnas en el periódico El Nuevo Día, del cual fue Director Asociado.