¡Ay, Wilfrido!

Wilfrido Vargas en el homenaje que le hicieron en el Casandra.

Wilfrido Vargas puede tener todos los defectos del mundo, pero nadie puede negarle su huella en la música dominicana. Pudo ser todo lo difícil que le diera la gana cuando Los Beduinos o cuando lideraba aquella memorable orquesta donde el frente lo componían Rubby Pérez, Eddy Herrera y Sandy Reyes; o aún más, con Las Chicas del Can o la Altamira Banda Show. Wilfrido Vargas pertenece a lo mejor de la memoria musical de más de una generación, no solamente en República Dominicana.

La noche de Wilfrido, el pasado sábado, fue una locura, a pesar de las ausencias de Eddy, Rubby y Miriam -tres ausencias muy marcadas-. Estuvieron Sandy Reyes, Vicente Pacheco, Víctor Waill, Cherito, Michelle y Grisell (Las ex Chican), el líder de Altamira Banda Show, entre otros y una banda de 22 músicos y seis cantantes.

Es imposible, pues, de comprender por qué no estuvieron sus discípulos que hoy son líderes, en el gran show que dirigió René Brea y produjo Cesarito Suárez Jr, el sábado en el teatro La Fiesta. Ellos eran esperados, aunque no fueron anunciados en ningún momento. Y fueron esperados, porque se esperaba que los ex discípulos de Vargas que hoy son líderes, fueran a rendirle pleitesía al maestro.

Hace pocos meses, cuando El Canario celebró su aniversario como artista en Puerto Rico, se le aparecieron varios de sus colegas de la salsa, incluyendo a Andy Montañez.

Esa unión es la que falta para que el merengue vuelva a tomar la fuerza que se merece. Esa noche de Wilfrido era propicia para desmentir a los que -como yo- hablamos de una crisis en el merengue.

Hubiera sido un sonoro mentís.