Creatividad y frescura

La expresión coloquial está plagada de locuciones curiosas que le dan un sabor especial a nuestra lengua. Las locuciones están formadas por varias palabras que funcionan como una sola. Lo curioso es que el significado de la locución no coincide con la suma de los significados de las palabras que la componen. De la abundancia de locuciones en el español dominicano nos hablan las 4200 registradas en el Diccionario del español dominicano, la mayoría de ellas de uso coloquial.

Si decimos que una persona está tragándose un cable, no nos referimos literalmente a ese extravagante hecho, sino a lo que el DED define como ‘estar pasando una mala situación económica’. Estamos ante un uso metafórico que aporta esencialmente expresividad: basta imaginar en qué mal trago tiene alguien que verse para comerse un cable.

Si decimos que no está el horno para galleticas, no estamos hablando del mal funcionamiento de nuestro horno; nos referimos a que no es el momento oportuno para hacer o decir algo. Si decimos que alguien o algo va como caña para el ingenio, estamos recurriendo a una metáfora, como esas que usan los poetas, para manifestar expresivamente que algo o alguien va muy rápido. Si decimos que alguien va en coche, no nos referimos a un carruaje como medio de transporte, sino a que esa persona ha resultado favorecida por una situación ventajosa.

Párense un momento a pensar en su vida diaria y encontrarán muchas locuciones más. Funcionan como verbos, como nuestros ejemplos de hoy, como adjetivos, como sustantivos, como adverbios. Son útiles y expresivas, y traen a nuestra lengua coloquial un soplo muy valioso de creatividad y frescura.

María José Rincón González, filóloga y lexicógrafa. Apasionada de las palabras, también desde la letra Zeta de la Academia Dominicana de la Lengua.