Nos tuteamos

Los pronombres personales son muy versátiles. Nos sirven para referirnos a las personas implicadas en el mensaje. Tradicionalmente hablamos de tres personas y sus correspondientes plurales: yo, nosotros, la primera persona, aquella que emite el mensaje; él, ella, ellos, la tercera persona, aquella que no interviene en la comunicación; y una muy especial segunda persona, aquella a quien se dirige el hablante, para la que nuestra lengua tiene una larga historia y una bonita variedad.

Si elegimos un tono de confianza para dirigirnos a nuestro interlocutor, nos decantaremos por el tú, y lo tutearemos; en extensas áreas del español usaríamos el pronombre vos, y lo vosearíamos; si preferimos un tono de cortesía, el pronombre elegido sería usted, y lo ustearíamos.

La segunda persona del plural también tiene sus particularidades. En algunas zonas utilizan vosotros para el tuteo dirigido a varios interlocutores; en América el pronombre de segunda persona preferido es ustedes, que se usa indistintamente para tutear y ustear.

Como ya habrán notado, los pronombres han procreado sus propios verbos y sustantivos para denominar qué tipo de tratamiento elegimos. Si consultamos el DLE descubrimos sus orígenes y sus significados. Tutear se formó a partir de tú, por adaptación del francés tutoyer, para el trato de confianza o familiaridad; el sustantivo asociado con este tratamiento es tuteo. Ustear y usteo son el equivalente para el usted; vosear y voseo, para el vos.

Cuando nos comunicamos con nuestra lengua tomamos decisiones cada segundo; decisiones que van dándole forma a nuestro mensaje; decisiones que expresan quiénes intervienen en él, pero también en qué tono nos estamos dirigiendo a nuestros interlocutores. Ustedes y yo nos conocemos y nos leemos desde hace tiempo, quizás vaya siendo hora de que nos tuteemos.

@Letra_zeta

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