Por un par de letras

Con un puñado de sonidos se construyen infinidad de palabras con las que tenemos que expresar lo divino y lo humano. No es raro que algunas palabras solo se diferencien entre sí por un par de sonidos, o de letras, si las escribimos. Cuidado, el que la diferencia sea mínima en el sonido o en la grafía no significa que lo sea también en el significado. Una de estas parejas cercanas nos puede servir de ejemplo para tomar conciencia de su existencia y prestar atención cuando las necesitemos.

Los verbos calificar y clasificar son tan cercanos en su expresión que solemos confundirlos. Una ele y una ese son las responsables de la diferencia fonética y gráfica; pero, en lo tocante al significado, es otro cantar. Entre las acepciones de calificar el DLE registra dos que usamos con cierta frecuencia; ‘expresar o declarar un juicio sobre una persona o una cosa’ (Calificó el proyecto de inviable) y ‘juzgar el grado de suficiencia o insuficiencia de los conocimientos de alguien que se examina’ (Calificó a los aspirantes según el baremo establecido).

Sin embargo, clasificar tiene acepciones muy distintas. Como verbo transitivo lo usamos para referirnos a la acción de ‘ordenar o disponer algo por clases’ (Clasifiqué mis libros por género). Para su uso como verbo pronominal el Diccionario de la lengua española registra dos acepciones que son las que a menudo provocan la confusión: ‘obtener determinado puesto en una competición’ (Se clasificó tercero en el torneo de dominó) y ‘conseguir un puesto que permite continuar en una competición o torneo deportivo’ (Nuestra selección se clasificó en los Juegos Panamericanos).

Diferencias morfológicas, sintácticas y de significado que descansan en un par de sonidos (o letras). En nuestra capacidad como buenos hablantes descansa su uso correcto.

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