La adicción a los videojuegos ya es considerada un trastorno por la OMS

Tal y como detalla la onceava revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades, esta adicción puede desarrollarse tanto con los videojuegos en línea como los que no requieren internet

La adicción a los videojuegos presenta los mismos peligros que otras adicciones. (Shutterstock)

El primero de enero entró en vigencia la nueva edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En dicha revisión, la institución fija que, a partir de ahora, el uso compulsivo de videojuegos es considerado un trastorno adictivo. 

“El patrón de comportamiento de juego da como resultado una angustia significativa o un deterioro significativo en las áreas de funcionamiento personal, familiar, social, educativo, ocupacional u otras áreas importantes”, explica la clasificación en su onceava edición.

Tal y como detallan, esta adicción puede desarrollarse tanto con los videojuegos en línea como con los que no requieren internet. Ambos se manifiestan de la misma manera: poco control sobre el juego, mayor prioridad sobre intereses de la vida y actividades diarias y la continuación del juego a pesar de las consecuencias negativas.

Un mal en aumento

 

De acuerdo a un estudio publicado en la revista Flow, con la pandemia aumentó aproximadamente un 20 % el número de nuevos jugadores y un 40 % el lapso de exposición en los que ya se dedicaban a esta actividad. Un alto porcentaje corresponde a niños y adolescentes.

El Trastorno del Juego viene acompañado de conductas como necesidad extrema de jugar largas horas al día, comportamiento agresivo e impulsivo, evitar realizar actividades regulares como bañarse, comer o dormir por anteponer el juego, además de aislamiento y estado de ánimo reprimido.

En caso de haber identificado estas conductas en tu hijo, la experta señala que el primer paso es mostrar apoyo, ya que se trata de un tema que involucra a toda la familia, y no a un solo miembro. “No existe un niño o joven que sea adicto que no venga de una interacción familiar que lo promueva. Por ello es importante el apoyo y cooperación de todos”, dice. 

Algunas de las medidas que como familia pueden tomarse, según señala Guerrero, son:

-Horarios específicos para los videojuegos que sean estrictamente respetados y monitoreados por los padres.

-Retirar los aparatos electrónicos dos horas antes de dormir. Aunque esto suene un poco extremo en el caso de adolescentes, dice, si ya se trata de una adicción, es una medida más que necesaria.

-Fomentar la actividad física para compensar las horas menos de pantalla que tendrá el niño o joven, preferiblemente al aire libre.

-Establecer momentos de socialización e interacción en familia libre del uso de pantallas.

-Promover la socialización con amigos por otras vías que no requieran videojuegos o pantallas.

Si el tiempo de juego empieza a interferir con las actividades diarias, como comer, dormir, socializar en familia o hacer tareas, y la irritabilidad aumenta, la experta indica que es importante consultar con un especialista para profundizar. “Si ya es algo que escapa de la norma, hay que buscar ayuda de inmediato con un especialista ya que, mientras más a tiempo, mejor, para trabajar en la familia estos patrones”.

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