Cómo aliviar las molestias de una garganta inflamada

Una garganta inflamada puede ser consecuencia de varias situaciones. Por caso, una faringitis puede ser lo más común. Se originan por infecciones víricas y generalmente sus síntomas desaparecen a los pocos días.

La faringitis bacteriana es menos frecuente, pero requiere atención médica para obtener el tratamiento adecuado. 

La garganta también puede inflamarse debido a una gripe, un resfriado, por culpa del sarampión, la varicela o la mononucleosis. La amigdalitis, los cambios de temperatura, el tabaquismo o forzar la voz también puede generar una garganta inflamada.

Si está relacionado a un virus, no debes tomar antibióticos. Muchas personas lo hacen y esto es un error. En primer lugar, nunca debes automedicarte y en segundo lugar, los antibióticos son para tratar infecciones bacterianas y no virus.

Es imperioso mantener la garganta hidratada, por lo que las infusiones templadas son una buena opción. El té con limón o con jengibre es una de las infusiones más usadas y más efectivas para estos casos, porque además aumentan las defensas.

Una ducha caliente es ideal para abrir las vías respiratorias y que no tengas que forzar respirar por la boca. Bebe agua para humedecer las mucosas si es que estas se secan.

Evita los alimentos picantes, porque pueden irritar aún más tu garganta. Si fumas, evita hacerlo durante estos días.