Money Monster, una película de Jodie Foster para entretenerse

George Clooney y Julia Robert (Fuente externa)

CANNES, FRANCIA. Julia Robert no envejece. Desde que se vio la sonrisa más radiante en la pantalla gigante, hasta ahora, es la misma. Al menos eso parece maquillaje de por medio. Está por primera vez en Cannes, y no hay quien se lo estropee, no importan las medidas de seguridad, ella se siente rodeada de gente buena, y sobre todo con George Clooney, su buen amigo, al lado. Ha venido a promover Money Monster, fuera de concurso, la película que dirigió Jodie Foster y que co-protagonizó.

Ahora mismo, mientras escribo esto, a pocos 10 metros, ella asciende por la escalera de la alfombra roja, aleteada por las admiraciones de quienes se apostan frente a la entrada de la alfombra y dejan allí sus escaleras, desde días antes, hasta que termina el festival.

Nada excepcional en Money Monster. Ahora, eso sí, entretiene. Salvando las distancias, me recuerda levemente aquella película de José María Cabral, que protagonizó Adrián Mas, quien hacía de David Hernández, un popular presentador de TV, a quien Andres G., corporeizado por Frank Perozo, se mete en su casa, le toma de rehenes a su familia y lo televisa en vivo.

Acá, en Monney Monster, es el popular presentador de un programa de finanzas en televisión Lee Gates (Clooney) y su productora Patty (Roberts), quien es secuestrado en directo por un inversionista (Jack O’Connell), que ha perdido todo, y ambos tienen que resolver la situación, en una furiosa marcha contra reloj, mientras el programa es seguido por millones de personas en vivo, y ellos intentan dilucidar la enigmática conspiración contra la marcha del mercado mundial.