Quisqueya Henríquez: “Me divierto experimentando”

Esta artista conceptual transforma lo cotidiano en una experiencia estética que provoca al público más preguntas que respuestas

La artista Quisqueya Henríquez. (Pedro Bazil)

Su obra preferida invita al público a probar un helado tan salado como el agua que nos rodea. Y es que para Quisqueya la creatividad no tiene límite. Esta artista conceptual, con su estilo tan diverso como inquieto, mezcla medios y técnicas con una intención: transformar lo cotidiano en una experiencia estética que provoque al público más preguntas que respuestas.

¿Quién se esconde detrás de Quisqueya Henríquez?
Ser artista es una práctica que lo abarca todo, no hay mucho espacio para otros Yo. Me gusta pensar que detrás de ese nombre no se esconde nadie más que yo misma. 

¿Recuerdas cuándo pensaste por primera vez: quiero ser artista?
A los 5 años gané un concurso de pintura organizado por la UNESCO.  Esa experiencia dejó su impronta, y ya ves hasta dónde fue su alcance. A pesar de lo que implica llevar una carrera de artista profesional, han sido muy pocos los momentos en que no he querido serlo.

¿Se hablaba mucho de arte en tu casa?
En mi hogar se hablaba sobre historia, casi siempre eran conversaciones marcadas por la energía y la pasión por la lucha política en contra de la dictadura de Trujillo, lucha a la que mi padre dedicó su vida. Sus anécdotas eran testimonios que no dejaban espacio para otros temas. Quizás de su indignación y su dolor surgió mi necesidad tan temprana de ser artista.

¿Cómo definirías ese estilo tan polifacético que te caracteriza?
Mi vocabulario es diverso e inquieto. No me acomodo, ni sigo fórmulas para repetir lo mismo. Me divierto experimentando.

¿Cuánto puedes tardar en completar una obra?
Los tiempos varían. Lo mismo puedo tardar un mes, que un año. 

Cuando no estás en el estudio, ¿qué es lo más probable que te encontremos haciendo?
En Las Terrenas, donde junto a mi compañero Pedro Catrain, tengo una casa que amo y me inspira. Allá arriba, en la loma, siempre tengo una tarea inconclusa que me ilusiona terminar. Recientemente llegó Tino, un bóxer que me hace más humana. 

Si tuvieras que retratarte a ti misma, ¿cómo lo harías?
Mi obra se inscribe en un lenguaje abstracto, así que podría acudir a cualquier combinación de formas, y como soy una artista conceptual, el solo gesto de decirte que soy yo, convierte la obra en un autorretrato.    

Si pudieras pasar una tarde con cualquier artista dominicano, ¿quién sería?
Me interesa mucho el trabajo investigativo de Lizania Cruz, una artista de la diáspora dominicana de Nueva York.  Me gustaría saber cómo va su proyecto sobre el imaginario racial de los dominicanos.  

La vida sin arte sería…
Sería un estado de coma intelectual permanente, como dice Samuel Rodríguez en su artículo "Un mundo sin arte, el despertar de la mirada".  

Periodista, con más de 30 años de experiencia en revistas. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, España. Actualmente dirige la sección Revista de Diario Libre en República Dominicana.