Reglas orwellianas II

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La semana pasada echamos mano de los consejos para escribir del novelista George Orwell, cuyas novelas Rebelión en la granja y 1984 todos hemos leído, o deberíamos haberlo hecho. Ya repasamos las tres primeras reglas orwellianas; si se las perdieron, les aconsejo que las localicen en la página electrónica de Diario Libre, las apliquen, y les añadan estas tres.  

Cuarta regla orwelliana. «Nunca uses la voz pasiva cuando puedas usar la voz activa». Para esta debemos recordar un poco la gramática. En la conjugación verbal en pasiva el sujeto no realiza la acción expresada por el verbo, sino que la recibe. En la oración pasiva Los manifestantes fueron desalojados por la policía, el sujeto los manifestantes recibe la acción del verbo desalojar. Orwell nos aconseja elegir siempre la voz activa: La policía desalojó a los manifestantes. 

Quinta regla orwelliana. «Nunca uses una palabra extranjera, especializada o jergal si puedes usar una palabra equivalente en tu idioma que sea de uso común». Para cumplir la regla de Orwell la clave está en ampliar nuestro vocabulario para que nos permita siempre encontrar esa palabra equivalente. 

La sexta regla orwelliana es la mejor y la que más se parece a George Orwell; también la más difícil de poner en práctica. «Incumple cualquier regla antes de escribir nada estúpido». Y es difícil de aplicar porque presupone que conocemos las reglas y que sabemos distinguir si lo que vamos a escribir es o no estúpido. 

Recordemos que estas reglas de escritura de Orwell no solo son útiles para novelistas o periodistas; pueden servirnos a todos los que escribimos, sea lo que sea que tengamos en la punta del lápiz. 

María José Rincón González, filóloga y lexicógrafa. Apasionada de las palabras, también desde la letra Zeta de la Academia Dominicana de la Lengua.