Dr. Antonio Del Orbe: “Los problemas mentales son comunes en cualquier clase social”

Antes de la pandemia, los trastornos mentales suponían entre un 12 a un 14 % de la población. Ahora se estima que han aumentado en casi dos tercios

A lo largo de la vida se estima que tendremos alguna situación de tristeza más allá de lo normal. (Freepik)

La salud mental es una condición de bienestar emocional, psicológico y social que tiene que ver con la forma en la que pensamos, sentimos y actuamos cuando accionamos en nuestra vida.

Una buena salud mental ayuda a determinar cómo manejamos la angustia y la ansiedad, cómo nos relacionamos con los demás y cómo tomamos cada decisión en el diario vivir.

Tales reflexiones corresponden al doctor Antonio Del Orbe a propósito de conmemorarse hoy, 10 de octubre, el Día Mundial de la Salud Mental, la cual califica como “mágicamente importante en todas las etapas de la vida, desde las más tempranas de la vida, la adolescencia, la adultez y, consecuentemente, la vejez”.

El experto sostiene que cuidar la salud mental significa tener en cuenta el concepto de este bienestar y que las enfermedades mentales, llamadas trastornos, son afecciones graves que podrían afectar, y de hecho afectan, la manera en que pensamos, las emociones y el propio comportamiento de cada uno.

Puede ser por épocas, ocasionales o de muy larga duración. Asimismo, estos trastornos pueden afectar la capacidad de relacionarse con los demás y el funcionamiento en el día a día. Los problemas mentales, de acuerdo con las estadísticas latinoamericanas, antes de la pandemia, suponían entre un 12 a un 14 % de la población. Posterior a la pandemia se estima que han aumentado en casi dos tercios, considerando que los problemas mentales son comunes en cualquiera de las clases sociales. 

“A lo largo de la vida se estima que tendremos alguna situación de tristeza más allá de lo normal, sobre todo cuando pasamos por un duelo o habrá situaciones en las que estamos un poco fuera de la realidad, como una discusión en la que actuemos con un modo altisonante”, subraya el galeno.

A partir de la década de los 80, la ciencia de la salud, particularmente la psiquiatría, de la mano de las neurociencias, ha dado un salto estupendo. Hoy podemos decir que hay tratamiento disponible para todos los trastornos en las esferas de la psicosis, así como en las esferas del trastorno de las emociones.

“Hay que considerar que las personas con trastornos de salud mental pueden mejorar y muchas de ellas incluso se recuperan por completo”, asegura Del Orbe.

El galeno sostiene que para preservar la salud mental es importante enfrentar los retos de la vida como son el estrés y la ansiedad que esta supone y estar físicamente saludables.

“Las últimas investigaciones de neurociencias hablan de la importancia del ejercicio físico, caminar, tomar aire fresco... Sostener relaciones sanas con nuestros congéneres y esto porque los seres humanos somos seres gremiales, seres sociales”. 

Otra de las cosas que se ha estudiado mejor es la contribución a la comunidad a la que pertenecemos, que es la empatía. El trabajo debe ser productivo, de manera que el individuo pueda sentirse útil y felizmente en la labor que realiza y esto tiene que ver con poder alcanzar a su plenitud todo el potencial de lo que la salud mental supone.

Carácter hereditario

La genética forma una parte importante en esto. Se estima que si el padre y la madre sufre un trastorno de salud mental, la prevalencia será más o menos de casi un 25 %.

Lo que afecta significativamente la salud es multifactorial, desde factores biológicos hasta la exposición a sustancias biológicas que afectan nuestro cerebro.

Otros factores

Experiencias de vida, los traumas y los abusos de cualquier índole, antecedentes familiares, el estilo de vida y la dieta.

Signos de alerta

  • Cambios en los hábitos alimenticios o de sueño. 

  • Aislamiento. 

  • Falta de energía. 

  • Sentirse vacío o como si nada tuviera importancia. 

  • Sentir dolores o molestias en nuestro organismo sin que estos se puedan explicar. 

  • Sentirse desesperanzado o impotente. 

  • Fumar o beber sin control; uso de drogas. 

  • Sentirse inusualmente confundido, olvidadizo o enojado, molesto, preocupado, asustado. 

  • Cambios de humor importantes o severos que provocan problemas con la relación con nuestro entorno. 

  • Pensamientos y recuerdos que mortifican. 

  • Escuchar voces o sonidos que otros no escuchan o creer cosas inciertas. 

  • Pensar en producirse daño o provocarlo a los demás. 

  • Acciones que nos impidan realizar tareas cotidianas.

Qué hacer

Lo importante es conversarlo en los núcleos familiares y buscar ayuda profesional especializada. Si no sabe adónde ir, Del Orbe sugiere acudir a los centros de salud con que se cuenta a nivel público o privado, y a la vez recomienda practicar técnicas de yoga, meditación, relajación y sentirnos agradecidos con la vida.

“El ser humano es actitud, si nos sentimos agradecidos con la vida esto va a redundar en nuestra tranquilidad y nuestra salud mental”.

Norys Sánchez es periodista. Formó parte del equipo fundador de Revista Rumbo y Diario Libre. Fue editora de la revista Madre Única. Autora del libro La palabra de los sueños, una selección de entrevistas a personalidades del mundo político, económico, diplomático y social del país.