El sexismo lingüístico: ¿Mito o realidad?

El uso de la arroba (@) como signo lingüístico

Domingo Caba Ramos

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Los defensores del antisexismo lingüístico o promotores de la llamada lengua con perspectiva de género han puesto de moda, para evitar los tormentosos, engorrosos e innecesarios dobletes genéricos del tipo: los/las; todos y todas; maestros y maestras, etc., el símbolo de la arroba (@) como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, por entender, erróneamente, que dicho signo incluye en su trazo las vocales a y o: esas niños. También el uso de las barras: las/los; nuestro/nuestra

Conviene aclarar, en tal sentido, que la @ es una unidad de medida, no un signo lingüístico, razón por la cual se reputa como un recurso desacertado o carente de valor gramatical cuando se emplea para integrar en una misma palabra los dos géneros gramaticales: apreciad@s amig@s.

Pero además de su esencia no lingüística, en ocasiones este recurso, la @, no siempre resulta aplicable por cuanto transgrede las normas de la concordancia. Es lo que sucede en la secuencia “Día del niñ@”, toda vez que del es un artículo contracto que se refiere solo al masculino y, en consecuencia, nunca podría ser antepuesto a un nombre femenino. Aparte de todo esto, dicho símbolo resulta impronunciable, vale decir, solo es posible aplicarlo en el discurso escrito, no así, en la expresión oral


El sexismo lingüístico visto por lingüistas y escritores

Además de la Real Academia Española (RAE), opuesto al uso de desdoblamientos (Ellos y ellos, los padres y las madres, todos y todas, bienvenidos y bienvenidas...), así como a la tesis feminista de que la lengua española es sexista, excluyente y discriminatoria, es también el parecer de connotados lingüistas, escritores y académicos dominicanos y de otras partes del mundo hispánico.

El uso del masculino genérico o utilizado para designar a todos los individuos de la especie, constituye el blanco principal hacia el cual van dirigidas las persistentes críticas formuladas por las combativas representantes del feminismo radical, por entender estas que de esa manera se oculta , “invisibiliza” o desdibuja la imagen de la mujer. Por esa razón se intenta reivindicar la presencia femenina con la alusión explícita a los dos géneros. Si bien este argumento del sexismo lingüístico cuenta con el apoyo de un reducido número de personas que lo defienden y reafirman, en el mundo hispanohablante son más (la mayoría) quienes lo rechazan, entre estos especialistas en la materia, por considerarlo insustancial o carente por completo de soportes lingüísticos. Es el caso, por ejemplo, del insigne filólogo español Gregorio Salvador (1927).

Dialectólogo , exvicepresidente de la Real Academia Española y uno de los académicos que con mayor firmeza ha rechazado los desdoblamientos genéricos y el rasgo sexista que se le atribuye al idioma español, para el brillante lingüista granadino carecen de fundamentos científicos los cuestionamientos emitidos contra el valor genérico del masculino, por cuanto , según sus palabras : "La lengua es un sistema económico de expresión y el masculino vale en este caso como término neutro que sirve para masculino y femenino"

Otro lingüista peninsular, Fernando Lázaro Carreter (1923 – 2004), filólogo y expresidente de la RAE, al tratar el polémico tema, presenta “un absurdo pero ilustrativo” ejemplo: "A todos y todas los dueños y dueñas de perros y perras...", para concluir planteando que “Este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico".

Madrileño, filólogo, poeta, narrador, brillante traductor literario y uno de los escritores de mayor valía con que cuenta actualmente España, Javier Marías Franco (1951), en un artículo publicado en la red titulado “Cursilerías lingüísticas” (El País - Cultura - 20-03-1995) , más incisivo y contundente en sus juicios, califica de “horrenda” “cursi” y “ mojigatería insufrible” la práctica de la doble mención genérica (11) :

« El plural ‘los escritores’ – sostiene el afamado novelista- engloba también a las escritoras -es una mera convención de la lengua-, y me parece cursi la vigilancia que hoy lleva a tanta gente a decir "los escritores y las escritoras", "las niñas y los niños" (o a escribir, con fórmula bancaria y horrenda, "el lector /a") »

Y al referirse a la utilización del masculino para nombrar a todos los individuos de la especie, Marías la exime de toda intención discriminatoria:

« En cuanto al uso genérico de hombre, es otra convención sin más, como lo es decir "el león vive en la selva", "el perro es el mejor amigo del hombre" o "los escoceses son tacaños". Por eso a este escritor le parece « una mojigatería insufrible andar diciendo "el león y la leona viven en la selva", "el perro y la perra son los mejores amigo y amiga del hombre y de la mujer" o "los escoceses y las escocesas son tacaños y tacañas »

La línea de pensamiento de estos y otros lingüistas españoles, puesta de manifiesto en el rechazo a la tesis antisexista, es por entero compartida, en la República Dominicana, por prestantes escritores y consagrados estudiosos de la lengua, como los doctores Diógenes Céspedes, Bruno Rosario Candelier y Orlando Alba, miembros todos de la Academia Dominicana de la Lengua.

Reafirmando la tesis de que la postura feminista se funda en razones sociopolíticas, no lingüísticas, Diógenes Céspedes sostiene que el feminismo ha llevado la lucha de clases al plano de la lengua.

“El feminismo ortodoxo, acrítico y acultural – Plantea al respecto el reputado ensayista y crítico literario - entiende, tal como se lo enseñó el marxismo o la sociolingüística, que la lengua es un instrumento de dominación al servicio de la sociedad machista”

Y en relación con la utilización de dobletes genéricos (todos y todas, los maestros y las maestras, bienvenidos y bienvenidas etc.), el autor de Lengua y poesía en Santo Domingo en el siglo XX (1985) afirma: «Con toda honestidad, pasar de una página de un libro o un artículo con estos torniquetes, se vuelve un martirio »

En uno de sus más recientes libros, el afamado escritor y crítico mocano, doctor Bruno Rosario Candelier (12), llama “plaga de género” a la práctica feminista consistente en mencionar los dos géneros gramaticales:

« En primer lugar – señala - rechazamos lo que denominamos la plaga del género, señalizada en el uso innecesario del doble género ( “Los/las dominicanos/as, “A todos y a todas, etc.), puesto que si se dice “los dominicanos”, esa expresión incluye a todos los dominicanos de cualquier género... y si se dice “Buenos días a todos”, no hay que especificar “y a todas”, puesto que “todos” envuelve a los seres humanos presentes, en cuya categoría están incluidas las mujeres....» (13).

Esa artificiosa e irracional “plaga de género” constituye, para el doctor Candelier, una práctica inoportuna y ridícula:

«Porque decir: “Los y las ciudadanas”, o “Los y las ciudadanos”, o “Las y los ciudadanos”, contraviene la preceptiva de la concordancia gramatical, y más aún, es ridículo, inoportuno y sobreabundante» (14)

Y en cuanto a la inclusión que se atribuye al género masculino, el actual presidente de la Academia Dominicana de la Lengua sostiene que esa función genérica o inclusiva «no implica discriminación de sexo, sino la aplicación, por convención cultural, de la ley lingüística de economía expresiva sancionada por el uso y la norma de la lengua...» (15)

La costumbre de utilizar artificiosos recursos (dobletes, barra y arroba) para evitar el supuesto sexismo o discriminación de la mujer en el uso de la lengua, ha merecido también el autorizado y sabio juicio del laureado lingüista dominicano Orlando Alba (16), posiblemente el investigador que más ha escrito acerca del español dominicano.

Exprofesor de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y, en la actualidad, catedrático en la Universidad Brigham Young en Provo, Utah, Estados Unidos, en el caso específico de los dobles genéricos, Alba, igual que los especialistas antes citados, destaca su naturaleza sociopolítica, no lingüística, y rechaza su uso al afirmar que «la alusión explícita a ambos sexos no es necesaria, ni se puede justificar con argumentos lingüísticos. Se explica, acaso, desde la perspectiva de la corrección política, pero no de la corrección en el uso de la lengua» (17)

Y sobre el uso del masculino con valor genérico, sostiene Alba que «La utilización del masculino para designar a todos los individuos de la especie, solo busca eficiencia, y no tiene intención discriminatoria de la mujer. No implica, en lo absoluto una ‘ocultación de la mujer a través del lenguaje’» (18). Este genérico empleo, según este destacado investigador, no sólo incluye a las personas, sino también a los animales. Por eso, al presentar como ejemplos: “El ladrido de los perros no los dejó dormir” y “En el barrio hay muchos gatos”, puntualiza que “no se exonera de culpa a las perras” ni “se excluyen de la referencia las gatas”, y acto seguido reflexiona: “Pero a pocos se les ocurre pensar que en estos casos hay sexismo lingüístico, y que por algún tipo de conspiración machista se está privilegiando a los animales machos sobre sus parejas hembras”

Y sobre el uso del masculino con valor genérico, sostiene que «La utilización del masculino para designar a todos los individuos de la especie, solo busca eficiencia, y no tiene intención discriminatoria de la mujer. No implica, en lo absoluto una ‘ocultación de la mujer a través del lenguaje’» (18). Este genérico empleo, según este destacado investigador, no sólo incluye a las personas, sino también a los animales. Por eso, al presentar como ejemplos: “El ladrido de los perros no los dejó dormir” y “En el barrio hay muchos gatos”, puntualiza que “no se exonera de culpa a las perras” ni “se excluyen de la referencia las gatas”, y acto seguido reflexiona: “Pero a pocos se les ocurre pensar que en estos casos hay sexismo lingüístico, y que por algún tipo de conspiración machista se está privilegiando a los animales machos sobre sus parejas hembras”

El singular también es genérico.

“Lo mismo que el masculino, el número singular – explica Orlando Alba - también se utiliza con valor global, toda vez que incluye al plural, como se aprecia en la oración “El perro es el mejor amigo del hombre”, en la que de acuerdo al autor, “no se hace referencia a un perro y a un hombre en particular, sino a los perros y a los hombres en general...” (19)

Conforme al anterior planteo, al eminente sociolingüista cibaeño le extraña que la lucha contra el masculino con valor inclusivo no haya ido pareja con la campaña contra el uso del singular con valor global, “Porqueagrega no es justo combatir la supuesta injusticia contra el género femenino, y no hacer lo mismo con respecto a la misma “falta” cometida en contra del número plural” (20)

El uso de la lengua inclusiva y sus indeseables consecuencias

Enfocado el problema desde una visión científica y al margen de toda postura subjetivista, es innegable que el uso de la lengua , como pretende la rama ortodoxa o radical del movimiento feminista, genera los más negativos resultados que afectan, ,fundamentalmente, la concordancia, la economía expresiva y la elegancia de la frase, vale decir, la estructura morfosintáctica del discurso. Merced a este juicio , el profesor Alba, a modo de colofón, considera que ese uso no sexista de la lengua origina consecuencias nada gratas y deseables, como son las siguientes:

1. Crea verdaderas piruetas lingüísticas.

2. Se originan repeticiones engorrosas y unas estructuras sintácticas innecesariamente complicadas y, por consiguiente, insufribles, pesadas, repetitivas, enrevesadas y extravagantes.

3. Se produce una visible incongruencia en la aplicación de la concordancia.

4. El nivel de ridiculez del texto aumenta.

5. Conlleva, por último, el empobrecimiento de la capacidad expresiva de la lengua.

El autor es profesor universitario de Lengua y Literatura dcaba5@hotmail.com