El Teatro Agua y Luz, del luminoso pasado al ruinoso e incierto presente

TEXTO: Emilia Pereyra

Enclavado en el centro de los Héroes, el Teatro Agua y Luz, con un pasado esplendoroso, sigue mostrando un aspecto deplorable, pese al enorme valor histórico y arquitectónico de la obra construida en la era del dictador Rafael Leónidas Trujillo, por lo cual figura en el listado de monumentos y sitios en riesgo del 2019, dado a conocer por el Comité Dominicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos).

El edificio, diseñado por el reconocido arquitecto Guillermo González, forma parte de la memoria urbana de la ciudad Santo Domingo y pertenece al conjunto monumental de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre (hoy Centro de los Héroes), inaugurada en 1955, cuando se constituyó como el escenario más importante del Caribe, con una impresionante fuente de agua de 355 chorros iluminadas por cuatro mil bombillas, refiere el arquitecto Gustavo Ubrí.

“Esta obra es una creación del reconocido arquitecto barcelonés Carles Buigas, creador también de la famosa fuente mágica de Montuca de Barcelona”, explicó.

Los porqués

El arquitecto Ubrí enumera los motivos por los que el teatro ha sido declarado en peligro, y señala que en primer lugar resalta el grave estado de abandono y deterioro en que se encuentra actualmente por falta de atención de parte de quien por ley le corresponde mantenerla.

Además, señala la pérdida irreversible de elementos arquitectónicos importantes y de las instalaciones técnicas que caracterizaba su funcionamiento como el espectáculo de agua y luz.

En cuanto a la edificación abandonada, se refiere a las “continuas amenazas de ser ocupado y modificado por desaprensivos que le dan un uso incompatible a sus espacios que lo arrabaliza y deteriora”.

Perspectivas

De acuerdo a Ubrí, el Estado dominicano, como propietario del teatro, tiene el deber de rescatar, mantener y preservar las características del edificio.

También señala que cualquier institución privada interesada en su arrendamiento a largo plazo tiene la obligación de cuidar y contribuir a la preservación del bien patrimonial, dándole un uso compatible a su arquitectura con una puesta en valor que le devuelva el esplendor original.

Para el especialista, sería posible que una alianza público-privada posibilite la restauración del emblemático teatro, “siempre y cuando se mantenga como propiedad del Estado y que su nuevo uso sea compatible a su condición arquitectónica original”.

El deterioro

Un equipo de Diario Libre entró en la arrabalizada estructura del otrora majestuoso centro de diversiones, convertido desde hace varias décadas en un nauseabundo basurero y en refugio de vagabundos y negociantes de la prostitución.

Ninguna autoridad cuida el ruinoso teatro, donde antaño se presentaban grandes espectáculos a los que acudían públicos de Santo Domingo y otras localidades de la República Dominicana.

En esa etapa de esplendor se presentaban espectáculos y conciertos de grandes estrellas como fueron Frank Sinatra, Charles Aznavour, Sandro de América, Raphael de España, y famosas compañías de ballets de Estados Unidos, Ucrania, México y Cuba y otros países.

Contratos fallidos

En el 2016, transcendió que el Estado dominicano había concertado un contrato de arrendamiento a 25 años del Teatro Agua y Luz, con la Consultoría Astur, de la empresa offshore del presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas Maldonado, que costaría US$1.5 millones.

La operación fue objetada por el dirigente perredeísta Guido Gómez Mazara, que solicitó al Ministerio Público los detalles de la supuesta concesión por arrendamiento otorgada al aliado político del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Según la denuncia, la Consultoría Astur operaría en los terrenos del teatro varios negocios como bares, discotecas, tiendas, salones de belleza y otros.

En el 2015, el licenciado Erly Almonte, entonces encargado del Departamento Legal de la Corporación de Fomento a la Industria Hotelera y el Desarrollo Turístico (Corphotels), reveló que existía un ambicioso proyecto que buscaba devolver el esplendor a la estructura, considerada patrimonio nacional.

Señaló que la Consultoría Astur S.A., perteneciente al Grupo Empresarial Varma (Grupo Vargas Maldonado), estaba encargada del proyecto, luego de ganar una licitación.

Según dijo Almonte, el contrato establecía que la consultoría mantendría el control del teatro por 25 años, y que tendría que pagar una renta de cinco mil dólares mensuales a Corphotels, según el contrato.

Sin embargo, el contrato no se ejecutó.

Otros intentos

En el 2004 transcendió que se pretendía derrumbar el edificio para construir un parqueo que mejorara el congestionamiento del tránsito en el Centro de Los Héroes.

Luego, en el 2006, la empresa norteamericana Dawn Properties acordó con Corphotels la remodelación de la edificación, conservando su construcción original. En la instalación, operarían un restaurante, casino, salones y un hotel. La empresa estadounidense mantendría el control del teatro por un período de 30 años.

Aunque se iniciaron reconstrucciones en el edificio, en el 2007 Corphotels decidió rescindir el contrato con la compañía Dawn Properties, debido a su falta de acción.

Años después, varios medios reseñaron que unos reputados arquitectos estaban al frente de otro proyecto de rescate del teatro, que también se diluyó.