Historiador Castro Ventura publica libro sobre los automóviles en República Dominicana

Portada del libro El automóvil y las vías de comunicación en la historia dominicana.

Ha sido puesto en circulación en las librerías locales el libro El automóvil y las vías de comunicación en la historia dominicana, de la autoría del Santiago Castro Ventura, miembro de número de la Academia Dominicana de la Historia.

En la obra, se presenta la llegada al país de los automóviles y el entusiasmo generalizado que suscitó ese acontecimiento en la población dominicana. También se realiza una evaluación de los caminos, calles y carreteras criollas, por las que primero transitaron caballos, burros, coches y recuas en condiciones muy precarias, hasta que sobre la marcha y con múltiples dificultades fueron habilitadas para la travesía con vehículos de motor.

Se resalta el arribo de los automóviles en 1907 durante un periodo muy crítico de

la historia dominicana, cuando se desarrollaba una importante campaña de denuncias contra la Convención dominico-americana de 1907, que de modo acertado era calificada como un mecanismo que provocaría una intervención militar de los Estados Unidos.

La solicitud de circulación de los automóviles estaba pendiente desde el año anterior y se concedió en aquellos momentos para tratar de distraer las protestas, señala Castro Ventura.

El autor señala que pese a los inconvenientes políticos, la presencia de los dos primeros vehículos ómnibus en la ciudad de Santo Domingo fue apoteósica, y la población se mantenía atenta al paso de los ómnibus de los que solo tenían referencias por la prensa.

Indica que el gran entusiasmo que concitaron los vehículos de motor en la capital, se transmitió a todas las localidades del país cuando de manera paulatina llegaban por primera vez.

De modo breve el autor discurre sobre el primer medio de transporte masivo, que fueron los trenes de Las Cañitas (Sánchez) a La Vega y el ferrocarril Central Puerto Plata, Santiago y Moca.

“Además, el tranvía animal de la ciudad de Santo Domingo. También sobre los barcos de cabotaje que solo viajaban de un puerto a otro puerto en la isla. Los coches tirados por caballos, aunque mantuvieron su vigencia hasta casi tres décadas después del advenimiento de los automóviles, de modo progresivo fueron cediendo su espacio a la modernidad rodante, que se perfeccionaba con frecuencia y cada día aumentaba su atractivo en la población”, dice.

“Los diferentes episodios de este recorrido por la historia de los automóviles y las vías de circulación, no estuvieron exentos de los contratiempos políticos sociales y económicos que sacudieron al país. Observaremos cómo se empezó a obligar a los ciudadanos a trabajar dos días gratuitos al año para construir caminos, la aplicación de impuestos a la circulación de los vehículos de motor, el desarrollo de los primeros conflictos por el precio de la gasolina, las huelgas de choferes durante el Gobierno de Horacio Vásquez, en los inicios de la tiranía de Trujillo y durante el régimen de facto del Triunvirato”, expresa.

También señala que los automóviles fueron utilizados para la represión política en el trujillato, pero al mismo tiempo resalta la utilidad de estos vehículos en la conspiración patriótica que marcó el final de este período.

“En definitiva el lector podrá comprobar el desarrollo vehicular a la luz de nuestra ritualidad social”, puntualiza Castro Ventura.

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