La intensa presencia pública de escritoras dominicanas

El crítico literario José Alcántara Almánzar dictó una conferencia en Casa de América sobre la literatura criolla

José Alcántara Almánzar diserta en Casa de América, en Madrid. A su izquierda, María Amalia León. (Leandro Ventura)

El reputado narrador y crítico literario José Alcántara Almánzar destacó que “uno de los rasgos más estimulantes de las letras dominicanas contemporáneas es la intensa presencia pública de las escritoras”.

Al hacer una “Panorámica de la literatura dominicana”, mientras dictaba una conferencia en Casa de América, durante la celebración de la Feria del Libro de Madrid 2019, dijo que desde mediados del siglo pasado existe una febril actividad creadora realizada por mujeres de distintas promociones, que ha contribuido a la diversidad y enriquecimiento de la literatura.

Dijo que, al hacer un recuento de las letras dominicanas de los dos primeros decenios de este siglo, hay un dato que salta a la vista, y es que, excepto uno, los grandes maestros de la literatura dominicana del siglo XX han fallecido, dejando un enorme vacío en el panorama cultural del país.

“Por lo menos cinco personalidades capitales partieron en las postrimerías del siglo XX, o en los primeros años de este siglo: Manuel del Cabral (1907-1999); Manuel Rueda (1921-1999); Pedro Mir (1913-2000); Juan Bosch (1909-2001) y Virgilio Díaz Grullón (1924-2001)”, dijo.

Además, recalcó: “De aquella generación excepcional, el único maestro vivo y activo hoy día es Marcio Veloz Maggiolo (1936), Premio Nacional de Literatura, poeta, excelente narrador y ensayista, antropólogo e historiador”.

“A fines de los setenta, la creación de los Premios Siboney (1977-1985) constituyó otro acontecimiento de relieve en la cultura dominicana contemporánea. Estos galardones contribuyeron a reanimar la actividad literaria local y sobre todo a descubrir nuevos talentos, algunos muy jóvenes entonces, que hoy forman parte de los maestros de las letras nacionales”, sostuvo.

Afirmó que la década de los ochenta, la llamada “década perdida”, etapa de crisis económica y política, pero también existencial y de anhelos colectivos de superación, produjo una nueva hornada de escritores nucleados en torno a la denominada “Generación del 80.

Después de los “novísimos” de los noventa, han seguido emergiendo nuevos representantes de las letras nacionales, tanto en la capital como en el interior del país, planteó el narrador e investigador literario.