La noche en que Tony Raful le regaló a Vargas Llosa el drama de su nueva novela

“Tiempos recios” es el título de la obra, reveló el Premio Nobel de Literatura 2010 en el pabellón dominicano de la Feria del Libro de Madrid

Tony Raful, Isabel Presley, Mario Vargas Llosa, Olivo Rodríguez Huertas, Soledad Álvarez y Bernardo Vega. Foto: Leandro Ventura. (Leandro Ventura/Fuente externa)

Ocurrió en la Feria del Libro de Madrid 2019. Allí, en el pabellón dominicano lleno de público, se supo que una noche de variados manjares y exquisitos vinos, el poeta criollo Tony Raful le regaló en bandeja a Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, un tremendo drama de la realidad para que escribiera una novela.

La nueva llegó cuando casi finalizaba el diálogo entre la escritora dominicana Soledad Álvarez y el famoso autor de “Conversación en la catedral”, que acudió a la cita en compañía de su pareja Isabel Presley, quien atrajo una camada de paparazzis interesados en lo que hace, viste y calza la llamada primera dama de la literatura, para publicarlo de inmediato en la “prensa del corazón”.

Una historia

Entonces, Vargas Llosa reveló que hace unos dos años, mientras participaba en una cena en la “elegante” residencia de Patricia de Moya, en Santo Domingo, oyó una voz que le dijo: “Tengo una historia para ti”.

Quien le hablaba era Raful, escritor reconocido, y a Vargas Llosa no le hizo mucha gracia, pero escuchó. Y mucho entusiasmo y drama debió transmitirle el también ensayista porque apenas unos días después el peruano-español pidió que le localizaran a Raful, ya que necesitaba que le volviera a contar la historia, pues no dejaba de pensarla, situación que solo se produce cuando le va surgiendo una novela.

El argumento ha mantenido al narrador trabajando durante dos años, y en octubre está previsto que se produzca el lanzamiento de la novela titulada “Tiempos recios”, anunció el mismo Vargas Llosa ante un público que premió con aplausos la buena noticia.

El nexo con el cálido terruño estaba destinado a perdurar y darle magníficos frutos. Vargas Llosa lo ha visitado muchas veces, tiene muy buenos amigos en sus linderos y de su cantera histórica ha sacado argumentos literarios.

Agradecido, recordó toda la ayuda que recibió de parte de Álvarez, Bernardo Vega y José Israel Cuello para escribir “La fiesta del chivo”, su reconocida y controversial novela acerca de la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo, de la que habló ampliamente.

“Era una dictadura viril, y el macho demuestra su machismo humillando, vejando a la mujer. Los testimonios más terribles de los 31 años de dictadura de Trujillo fueron de mujeres”, dijo y luego habló de Uranita, el sufrido personaje de ficción en la obra que pudo existir.

Se detuvo explicando el proceso de investigación, sus lecturas y las numerosas entrevistas que realizó, incluso al fenecido presidente Joaquín Balaguer, que le pareció y le sigue pareciendo de un personaje de novela.

La figura de Pedro Henríquez Ureña, rememorada en la conversación por Álvarez, especialista en la obra del insigne humanista dominicano, le mereció a Vargas Llosa los mayores elogios. Lo llamó “sabio”, un “intelectual extraordinario”, “un hombre universal” al que aún no se le ha hecho justicia, y del que le gustaría escribir un ensayo. Palabras que gustaron mucho a los dominicanos.