"Septiembre 19. Andalucía", texto poético de Minerva del Risco

Las cuerdas de una guitarra flamenca se escuchan lejanas. En este pequeño espacio de paredes viejas y cortinas lavadas y lavadas se intuye el silencio de muchos años. Un murmullo de cientos de voces escondidas en la niebla bendita se esfuma entre el polvo levantado por el vapor de los barcos, entre la luz del sol que no es amarillo ni naranja, sino sol, soles que muerden las entrañas de estos cuerpos sin vidas, de estas vidas sin vidas y sin cuerpos y sin entrañas.

Este sonido solitario llega hasta aquí como el toque inabarcable de una pasión que va recorriendo siglos, arrastrándose, arrastrada. Comida y bebida con sales de todos los muertos, de todas las lágrimas.

Aquí, tiradas en el sepia de estas calles encuentro las huellas de un cante triste puro y jondo salido de las puertas de Jerez, agarrado de voces y lamentos, con tonos primitivos y profundos, despoblados, secretos, perdidos en este suelo con color de tamarindo, de ardilla disecada, con color de años que reposan en el fondo de la tierra, de años que suenan huidizos como las cuerdas de una guitarra flamenca.