Diane Keaton o Jack Nicholson: uno de los dos debe ceder

Santo Domingo . Cuando dos actores experimentados se encuentran con un buen guión, el espectador tiene la fortuna de disfrutar del arte dramático pleno; cuando el guión corresponde a una comedia el disfrute es doble, ya que el goce de los actores se transmite al público, generando una dinámica cómplice que libera la risa.

[b]Actores de carácter[/b]

Diane Keaton y Jack Nicholson pertenecen a la ya antigua escuela dramática americana, aquella que formaba "actores de carácter", es decir, el desarrollo de una amplia capacidad de registro, compuesta por un conjunto de herramientas expresivas para interpretar todo tipo de personajes. En el guión de este filme las exigencias dramáticas eran altas, se requería pasar de la risa al llanto en segundos, cosa que algunos pueden hacer pero son pocos a quienes les queda bien. Hay en los gestos de esta pareja, especialmente en los faciales, una gama diversa de tonalidades interpretativas. Las llamadas "líneas de expresión" -léase arrugas- que ambos poseen, contribuyen notoriamente a comunicar estados anímicos de los personajes. En cada levantamiento de cejas de Nicholson se expresa un dominio total de la actuación frente a la cámara.

[b]Adultos mayores[/b]

Pero lo más atractivo de este filme es la sutileza con la cual plantea un tema profundo, universal y casi tabú: el amor romántico de los adultos mayores. Una escritora de teatro (Diane Keaton) conoce al amigo de su hija, un solterón exitoso y casanova (Jack Nicholson). Conmoción es el término más apropiado para describir las alteraciones de conducta que sufren los personajes en su enamoramiento. De soslayo y con finura, pasa revista a otra situación muy común y también en cierta medida censurada, la relación entre personas de distintas edades. Quizá por primera vez una película plantea la igualdad de condiciones entre los sexos al momento de establecer relaciones amorosas. Así, en el filme, se evidencia que el vínculo entre una mujer mayor con un hombre más joven es tan válido como la relación entre un hombre mayor y una muchacha.

Ciertamente la directora y guionista tiene una posición definida al respecto y para muestra está su trabajo anterior "¿Qué buscan las mujeres?". Pero lejos del panfleto sexista, hay en este relato la búsqueda del equilibrio que dé sentido a la vida de sus personajes, el afán por encontrar aquella combinación de gustos e intereses en la pareja que muchas veces parece lejana y casi imaginaria.

[b]A través de la risa[/b]

El arte cinematográfico se nutre de este tipo de aportes; nuevas o viejas historias con ángulos distintos permiten cuestionar las costumbres y desnudan aquello que en público no nos atrevemos a discutir. Así, el cine cumple con su papel crítico y nos permite, a través de la risa, oxigenar el cerebro y la mirada.

[b]Alguien tiene que ceder[/b]

Dirección: Nancy Meyers

Música: Ramin Djawadi, James S. Levine, Blake Neely, Heitor Pereira, Christopher Young y Hans Zimmer

Fotografía: Michael Ballhaus

Intérpretes: Jack Nicholson, Diane Keaton, Frances McDormand, Keanu Reeves y Amanda Peet.