El arte de decorar con cuadros
La incorporación de los cuadros como complemento de la decoración de la casa tiene mucho de arte, y aunque las directrices fundamentales siempre serán el gusto o la preferencia de sus ocupantes, hay reglas generales que conviene tomar en cuenta para lograr que surtan un buen efecto en quienes los observan.
El tamaño del cuadro, la pared y el espacio, la colocación, los colores, la temática, los marcos, la iluminación y la cantidad, son los principales elementos que considerar para obtener un buen efecto decorativo.
Las modas y tendencias también marcan pautas. Actualmente, dado el auge del estilo minimalista, se recurre mucho a la colocación de un solo cuadro, de gran formato como único elemento en las paredes.
En este caso, los expertos recomiendan un cuadro de valía especial, en un lugar que muestre que está resguardado debido a su significado y con una iluminación específica con un foco puesto lateralmente en lo alto, tomando en cuenta que las luces fluorescentes y las lámparas de neón producen modificaciones en la percepción de las tonalidades.
En cuanto al tamaño, se aconseja que los cuadros grandes se ubiquen en el centro de un espacio vacío para que resalten y su tamaño no tenga un efecto recargado en la totalidad del espacio decorativo.
Cuando el cuadro es mediano se recomienda que la altura de la base no esté a menos de 1.5 metros del suelo, de lo contrario, es posible que el cuadro pierda luminosidad y presencia y podría verse desproporcionado en relación con el conjunto del espacio. Los pequeños conviene colocarlos en grupos de una sola temática.
Cuanto menor sea el tamaño de los cuadros, menor tendrá que ser la distancia entre ellos, y cuanto más grandes sean los mismos, mayor distancia habrá que dejar.
LA TEMÁTICA
La temática escogida para cada área también obedece a criterios básicos que conviene seguir para lograr que los cuadros causen el mejor de los efectos en quienes los observan y armonicen con la decoración.
Si se cuenta con una gran pared, y se desea colocar más de un cuadro, es importante asegurarse que estos no se verán hacinados o amontonados en ella, y que hay suficiente campo para que cada cuadro luzca sus mejores cualidades. Además, es aconsejable que se coloquen de manera que sus dimensiones se alternen, de igual forma que los marcos, y que si se cuenta con un cuadro más grande que los demás, éste se sitúe en el centro y los demás alrededor suyo.
Tomar en cuenta que -por lo general- la combinación de cuadros y fotografías no produce los mejores resultados. Por otro lado, si se posee un retrato o algún cuadro de valía especial, lo ideal es que estén aislados de los demás en un lugar igual de especial o al menos que muestre que el cuadro está resguardado debido a su significado particular.
Por último, para que las obras de arte se puedan apreciar en toda su belleza y esplendor, la iluminación es siempre un factor decisivo. Lo ideal sería una iluminación específica con un foco puesto lateralmente en lo alto, y recordar que las luces fluorescentes, así como las lámparas de neón producen modificaciones en la percepción de las tonalidades, por lo que se debe tener cuidado con ellas.
En este caso, los expertos recomiendan un cuadro de valía especial, en un lugar que muestre que está resguardado debido a su significado y con una iluminación específica con un foco puesto lateralmente en lo alto, tomando en cuenta que las luces fluorescentes y las lámparas de neón producen modificaciones en la percepción de las tonalidades.
En cuanto al tamaño, se aconseja que los cuadros grandes se ubiquen en el centro de un espacio vacío para que resalten y su tamaño no tenga un efecto recargado en la totalidad del espacio decorativo.
Cuando el cuadro es mediano se recomienda que la altura de la base no esté a menos de 1.5 metros del suelo, de lo contrario, es posible que el cuadro pierda luminosidad y presencia y podría verse desproporcionado en relación con el conjunto del espacio. Los pequeños conviene colocarlos en grupos de una sola temática.
Cuanto menor sea el tamaño de los cuadros, menor tendrá que ser la distancia entre ellos, y cuanto más grandes sean los mismos, mayor distancia habrá que dejar.
LA TEMÁTICA
La temática escogida para cada área también obedece a criterios básicos que conviene seguir para lograr que los cuadros causen el mejor de los efectos en quienes los observan y armonicen con la decoración.
Si se cuenta con una gran pared, y se desea colocar más de un cuadro, es importante asegurarse que estos no se verán hacinados o amontonados en ella, y que hay suficiente campo para que cada cuadro luzca sus mejores cualidades. Además, es aconsejable que se coloquen de manera que sus dimensiones se alternen, de igual forma que los marcos, y que si se cuenta con un cuadro más grande que los demás, éste se sitúe en el centro y los demás alrededor suyo.
Tomar en cuenta que -por lo general- la combinación de cuadros y fotografías no produce los mejores resultados. Por otro lado, si se posee un retrato o algún cuadro de valía especial, lo ideal es que estén aislados de los demás en un lugar igual de especial o al menos que muestre que el cuadro está resguardado debido a su significado particular.
Por último, para que las obras de arte se puedan apreciar en toda su belleza y esplendor, la iluminación es siempre un factor decisivo. Lo ideal sería una iluminación específica con un foco puesto lateralmente en lo alto, y recordar que las luces fluorescentes, así como las lámparas de neón producen modificaciones en la percepción de las tonalidades, por lo que se debe tener cuidado con ellas.
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