Juanes trajo la camisa negra

SANTO DOMINGO. Lástima de desperdicio por parte de Pepsi Cola. Lo que pudo haber sido un espectáculo multitudinario fue casi un concierto de cámara de Juanes, para apenas 500 personas en el Teatro La Fiesta del Hotel Jaragua. Afuera, la puja por las entradas empezaba en cinco mil pesos.

Por supuesto que Juanes trajo La camisa negra, aunque vestía un ti-shirt rojo de mangas largas. Fue la cuarta o quinta canción de la noche y todos se pusieron de pie, en un gesto de solidaridad con el cantante colombiano, víctima de la prohibición de la Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonía. Prohibición que se ha deshecho como hielo desde que apareció la versión dominicana, en voz del hijo de Rafa Rosario, que dicho sea de paso la hace con mucho swing y aporta un frescor siempre necesario para que la orquesta de su padre siga siendo la quilla del barco de la música dominicana. Juanes trajo todos sus hits. Dicen que no había nadie de Villa Mella o San Carlos en el espectáculo. Ni qué pensar en Guachupita o Los Mina, donde también son popularísimas, como reggaetones, sus canciones. Y es que el modo de decir Juanes, esa lírica donde apresa la esencia de la oralidad de su Medallo natal, es cercana generacionalmente a todas las clases sociales y a todos los sexos y a todos los colores. Que interesen sus canciones y su modo de decir sus amores y desamores es algo que debe enorgullecer a todos, pues lo dice con dignidad y belleza.

El espectáculo estuvo precedido por un disc joker local acompañado de un tecladista y de un perscusionista cansado, diría que hastiado del house; así como de Pavel Núñez, acústico, como Juanes, que fue seguido y aplaudido por su público natural.

La noche del jueves, Juanes, reitero, trajo la camisa negra.