La Aldea o los límites del miedo cuando se deshacen

Escena de la cinta La aldea, actualmente en el cine.


Santo Domingo. El bosque es un territorio cargado de significados. En la literatura este espacio ha representado, las más de las veces, el territorio salvaje, el lugar donde confluyen los miedos primigenios. También es el origen del animismo, creencia desde donde surgió la mitología.


Con la cinematografía el bosque desarrolló y amplió sus significados, traduciendo en imágenes lo que la literatura tradicional legó a la era moderna. En la retina de quienes crecimos con el cine, el tétrico bosque de Blanca Nieves y Los Siete Enanos, permanece como un referente a la hora de transmitir temor a los más pequeños. Esta idea es, al parecer, el principio artístico que inspiró a M. Night Shyamalan para hacer la película "La aldea". Opuesto al bosque está la aldea, la civilización. Traspasar el límite entre ambos implica un riesgo.


Sinopsis

En una pequeña aldea rodeada por la naturaleza se desata un drama pasional: el orden se altera y afloran un conjunto de reacciones que pondrán en peligro la existencia de una aislada comunidad. Dicta las normas un consejo de adultos que ha determinado formas de convivencia social y creado un terrorífico método para mantener el aislamiento. Los jóvenes del poblado han crecido bajo el terror impuesto por los adultos, el cual utiliza una mitología particular, donde el miedo a lo desconocido es el núcleo y tabú el color de la sangre.

El director indio Shyamalan es un experto en el manejo del terror. Su trabajo con la imagen y en especial con el sonido, logró interesar a la industria norteamericana y ha conseguido realizar varias interesantes producciones, entre ellas Sexto Sentido (1999) y Signos (2002). Utiliza en esta película todos los recursos expresivos de sus anteriores producciones y en la primera hora del filme logra introducir al espectador en un universo narrativo de gran intensidad.

Destaca la actriz Bryce Dallas Howard en su papel de no vidente que sale al mundo exterior en busca de ayuda médica. Su personaje está bien construido y permite al director profundizar en los recursos expresivos que ofrece el sonido en el cine. En tal sentido, el alto valor que el director asigna al llamado espacio off, es decir, lo que está fuera del espacio visual de la pantalla, contribuye en gran medida a mantener el interés del espectador.

Hay en las escenas de enfrentamiento con las bestias mitológicas lo mejor logrado del filme.

No ocurre lo mismo con Adrien Brody, quien interpreta a un joven deficiente mental que desencadena los hechos de sangre, producto de los celos; su actuación es discreta y son limitadas sus posibilidades expresivas.

Los problemas de esta producción comienzan al mismo tiempo que los personajes van destruyendo los mitos con los cuales fueron forjados. De una construcción fílmica sólida pasamos, en pocos minutos, a una feble narración, cuyo principal yerro está en la credibilidad ante el espectador. Ciertamente es difícil comulgar con la idea de una comunidad que vive completamente aislada en la actualidad, y las razones que se esgrimen para tal actitud no resultan del todo convincentes. El final del filme, un tanto abrupto e igualmente poco verosímil, deja entrever dubitaciones en el guión y definitivamente desilusiona.

Con todo, no deja de ser interesante la reflexión en torno al miedo como mecanismo de control social que plantea el filme. Las analogías pueden ser muchas y cercanas. Recomendable para quienes gustan de filmes con visos antropológico-sociales.

La Aldea

The Village

(2004)

Dirección y guión:

M. Night Shyamalan

Música: James Newton Howard

Fotografía:

Roger Deakins

Intérpretes:

Bryce Dallas Howard

Joaquin Phoenix

Adrien Brody

William Hurt

Sigourney Weaver

Brendan Gleeson