Los celos, trastornos que ameritan tratamiento
Son definidos como patología de graves consecuencias
Santo Domingo. "Doctor, no puedo más. Cuando se me mete en la cabeza que él anda con otra, me entra un desasosiego que tengo que dejar lo que esté haciendo para buscarlo por toda la ciudad. No importa que sea de madrugada. Salgo en el carro, paso por su casa, si su auto está en el parqueo me voy tranquila, pero si no está, comienzo como loca a buscarlo donde los amigos, en los restaurantes que visita, por el malecón, a ver si lo veo... si no, cojo para los moteles, buscando como una loca. Sudo, no puedo respirar.
Lo busco, a veces hasta las cuatro o cinco de la madrugada, porque tengo que estar a las ocho en el trabajo; si es fin de semana amanezco dando vueltas hasta que lo encuentro, o él vuelve a su casa".
Quien habla es una paciente, profesional de 31 años, en el consultorio del siquiatra Carlos de los Ángeles. Ocho años de relación con un hombre que lleva un año tratando de romper la relación, a causa de sus celos. Es una de muchas mujeres y hombres que viven en una angustia constante por el temor a que su pareja le sea infiel y no pueden controlar el impulso de monitoriarlas hasta en horario de trabajo.
El caso, reseñado en el estudio "Psiquiatría fenomenológica: Aproximación al problema de los celos", de De los Ángeles, refleja el trastorno que viven las personas que no pueden controlar sus celos y el que provocan en sus parejas.
En este caso particular, la paciente mejoró mucho con psicoterapia, antidepresivos y ansiolíticos, pero la relación se perdió porque el hombre no pudo soportar el sobresalto de sentirse perseguido a toda hora, precisa el siquiatra.
Buscar ayuda
El sicólogo clínico Rafael Nadal recomienda a las personas que sufren celos o celopatía someterse a terapia para controlar el trastorno.
El terapeuta debe desarrollar un programa personalizado, en base a las necesidades del paciente. Lo importante, según el sicólogo, no es buscar por qué esa persona está siendo obsesiva, sino la motivación que tuvo en su vida sexual, de historias y fracasos, que lo llevó a ser tan insegura y desconfiada y, si su comportamiento se fundamenta en hechos reales, determinar por qué los soporta.
Por lo regular, los pacientes llegan con esa patología a su consulta cuando el problema les crea desajustes que escapan de su control, provocando problemas en su vida social, familiar y profesional.
"Tu no puedes estar sentado en el trabajo, pensando en que la mujer está con otro. Hay quienes salen del trabajo para acechar la casa y ver dónde está metida su pareja", dice Nadal.
Los celos, acompañados de la ansiedad que se canaliza de forma obsesiva compulsiva, con ataques de pánicos, son graves, porque pasan de la agresión verbal a la agresión física, culminando en muchos casos con el asesinato de la segunda o tercera persona invocrada en los celos.
Clasificaciones sicológicas de los celos
El siquiatra Carlos de los Ángeles señala cuatros formas de celos, según clasificación de Karl Jaspers.
Celos psicológicamente normales Las ideas de los celos son cambiantes, aumentan por todas partes y se olvidan, luego vuelven a restructurarse y se justifican encontrando fundamento de una u otra manera.
Celos morbosos Las ideas se desarrollan de modo lento o brusco, pero estable. Las demostraciones se mantienen durante años y a duras penas pueden olvidarse, salen por doquier y aumentan.
Celos deliroides No hay certeza, sino sospecha que, sometida a crítica, finalmente aparece como verdadera.
Delirio celotípico El celoso tiene la plena certeza. Personas que provocan encuentros "fortuitos" en la calle o fiesta, visitas inesperadas, tardanza al llegar para abrir la puerta, escuchar ruidos que le parecen sospechosos, la habitación desordenada... puede interpretar los hechos cotidianos como ideas de celos. Su origen puede hallarse en una combinación de errores sensoriales y falsos recuerdos.
El caso, reseñado en el estudio "Psiquiatría fenomenológica: Aproximación al problema de los celos", de De los Ángeles, refleja el trastorno que viven las personas que no pueden controlar sus celos y el que provocan en sus parejas.
En este caso particular, la paciente mejoró mucho con psicoterapia, antidepresivos y ansiolíticos, pero la relación se perdió porque el hombre no pudo soportar el sobresalto de sentirse perseguido a toda hora, precisa el siquiatra.
Buscar ayuda
El sicólogo clínico Rafael Nadal recomienda a las personas que sufren celos o celopatía someterse a terapia para controlar el trastorno.
El terapeuta debe desarrollar un programa personalizado, en base a las necesidades del paciente. Lo importante, según el sicólogo, no es buscar por qué esa persona está siendo obsesiva, sino la motivación que tuvo en su vida sexual, de historias y fracasos, que lo llevó a ser tan insegura y desconfiada y, si su comportamiento se fundamenta en hechos reales, determinar por qué los soporta.
Por lo regular, los pacientes llegan con esa patología a su consulta cuando el problema les crea desajustes que escapan de su control, provocando problemas en su vida social, familiar y profesional.
"Tu no puedes estar sentado en el trabajo, pensando en que la mujer está con otro. Hay quienes salen del trabajo para acechar la casa y ver dónde está metida su pareja", dice Nadal.
Los celos, acompañados de la ansiedad que se canaliza de forma obsesiva compulsiva, con ataques de pánicos, son graves, porque pasan de la agresión verbal a la agresión física, culminando en muchos casos con el asesinato de la segunda o tercera persona invocrada en los celos.
Clasificaciones sicológicas de los celos
El siquiatra Carlos de los Ángeles señala cuatros formas de celos, según clasificación de Karl Jaspers.
Celos psicológicamente normales Las ideas de los celos son cambiantes, aumentan por todas partes y se olvidan, luego vuelven a restructurarse y se justifican encontrando fundamento de una u otra manera.
Celos morbosos Las ideas se desarrollan de modo lento o brusco, pero estable. Las demostraciones se mantienen durante años y a duras penas pueden olvidarse, salen por doquier y aumentan.
Celos deliroides No hay certeza, sino sospecha que, sometida a crítica, finalmente aparece como verdadera.
Delirio celotípico El celoso tiene la plena certeza. Personas que provocan encuentros "fortuitos" en la calle o fiesta, visitas inesperadas, tardanza al llegar para abrir la puerta, escuchar ruidos que le parecen sospechosos, la habitación desordenada... puede interpretar los hechos cotidianos como ideas de celos. Su origen puede hallarse en una combinación de errores sensoriales y falsos recuerdos.
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