Mente abierta

Una de las cosas que más me gusta de viajar es descubrir cómo otras personas ven el mundo. Me da una apertura y entendimiento muy necesarios. A veces nos encerramos en nuestro pequeño mundo y sin darnos cuenta, ponemos muros a nuestra mente. Y eso nos hace muy radicales, poco solidarios con los demás y, sobre todo, muy intolerantes ante las diferencias. Cuando viajo, observo, escucho, pregunto y me empapo de todo lo que puedo, hay cosas que me sorprenden, otras que rechazo con respeto pero las mas me enriquecen, y al regresar a mi mundo, me siento un poco más completa. Hay que tener la mente abierta, siempre.