Esquina en el Alto Manhattan nombrada en memoria de Luis “Terror” Días

Luis Días (Fuente externa )

Livorio no come pendejá”, el estribillo del popular tema del fallecido cantautor y folklorista Luis (Terror) Días, retumbará este sábado 8 de diciembre, cuando inicie la ceremonia de renombramiento de la esquina de la calle, 165 y avenida Ámsterdam en el Alto Manhattan, en honor al destacado músico y creador.

La designación de la intersección, fue aprobada por el Consejo Municipal, a iniciativa del concejal Ydanis Rodríguez, que representa el distrito 10 del Alto Manhattan en el hemiciclo municipal.

La esquina, llevará ahora el nombre de “Luis (Terror) Días Way).

La ceremonia está programada para las 5:00 de la tarde y se espera la asistencia de autoridades locales, músicos, intérpretes, productores y activistas comunitarios en el tributo a Díaz.

El concejal Rodríguez dijo que “con orgullo lo invito a asistir a la ceremonia de renombramiento de la calle para honrar el legado de Luis “El Terror” Días, un artista de rock y folk nativo de la República Dominicana, que fue llamado El padre del rock dominicano”.

Luis Días Portorreal nació en Bonao, República Dominicana, el 21 de junio de 1952, de una familia que adoraba la música. Su padre era un jugador “tres” y su madre era cantante. Mientras estuvo en Bonao, estudió música junto a músicos conocidos como Juan Zorrilla y Tatán Jiménez.

Díaz formó su propia banda a la edad de 16 años llamada “Los Chonnys”, antes de despegar y tocar para bandas como Convite y Madora en Santo Domingo.

Después de enseñar música tradicional dominicana en el Museo Americano de Historia Natural en la ciudad de Nueva York, regresó a la República Dominicana en 1982, creando la conocida banda de rock dominicana “Transporte Urbano”.

Después de mucho éxito en la industria musical, Días se convirtió en el subdirector de La Casa de la Cultura Dominicana, una organización que promovió la cultura de República Dominicana en Nueva York en 1999, creada durante el primer Gobierno del doctor Leonel Fernández.

El amor infundado de Díaz a la música y la cultura dominicana lo convirtieron en una inspiración y un clásico referente para los amantes del rock dominicano, que lo llevó a surgir como uno de los grandes investigadores del folklor y gestor cultural.