Padre y madre a la vez: una doble tarea por cumplir

Cada vez son más las familias con un solo padre, se esfuerzan día con día para funcionar en su doble papel y sacar adelante a sus hijos.

La familia en las sociedades modernas cumple tres funciones principales:

La primera tiene que ver con proveer a su familia, en especial a los hijos, los recursos materiales indispensables para cubrir necesidades como alimento, casa, vestido etcétera.

La segunda es la de apoyar el desarrollo de sus hijos, brindándole un entorno de cuidado, amor, estímulo y dedicación, asumiendo una paternidad y maternidad responsables.

Y la tercera y última va dirigida a los compromisos con los derechos del niño, se debe responder a la necesidad de brindarle salud, seguridad y educación, aspectos que permitirán que los padres y las instituciones, logren de manera equilibrada desarrollar el potencial humano de sus hijos.

Cuando en una familia estas funciones son ejercidas por un solo padre, la situación se torna difícil y muchas veces descontrolada ya que son muchas las obligaciones que recaen sobre una sola persona, el padre o la madre, especialmente cuando la carga económica no es compartida y asumida por otros familiares.

En nuestra sociedad, los hogares de dirección femenina son cada día más frecuentes, y ya sea por viudez, divorcio o maternidad sin matrimonio, son muchas las mujeres dominicanas que cada día se esfuerzan por afrontar el problema de funcionar como padre y madre a la vez.

Las razones por las que un hogar es manejado por una sola de las partes merece un tratamiento especial, para que se garantice la integridad emocional de los hijos; esto hará necesario analizar los diversos factores en cada caso particular, para poder definir las actitudes y prevenir las situaciones de conflicto.

Un factor que comparte todos los hogares monoparentales, es afrontar la ausencia de uno de los padres, y las consecuencias negativas que este hecho conlleva.

Por un lado, la teoría freudiana sugiere que la presencia de ambos padres es decisiva para los niños en la fase fálica del desarrollo (entre los 4 y 6 años de vida), que es cuando los niños resuelven su complejo de Edipo y Electra, se identifican con el padre del mismo sexo y comienzan a desarrollar papeles sexuales apropiados.

La presencia del padre es muy importante para los niños pequeños, pero también lo es para las niñas porque la conducta amorosa del padre, incremente su autoestima y les brinda información sobre cómo son los hombres, lo que a ellas les será útil cuando comiencen relaciones con el sexo contrario.

La ausencia de la madre, situación cada vez más común en la actualidad, puede provocar también situaciones de efectos negativos en los hijos y las hijas.

Los niños se adaptan a todo, esto puede ser una madre sin marido o un padre que se va. Es muy importante que los niños tengan la percepción exacta de lo que ocurre en su situación familiar, y nunca ser engañados. Si el padre se fue, cualquiera que fuese la razón, la madre deberá cuidar que el niño nunca suponga o perciba que la culpa es de él.

Si el padre o la madre murió, el que se quede debe ayudar al niño a entender su dolor para ayudarle a superarlo.

El aspecto económico es de suma importancia, pues la opulencia se limita y los hijos se sacrifican; se hace necesario en estos casos, que ellos entiendan que la escasez de dinero no es una razón válida para no esforzarse en sus estudios o sentir que se es menos porque se tiene menos.

Su situación es especial, pero también puede ser temporal; cuando ellos crezcan, si se esfuerzan lo suficiente, podrán acceder a todo lo que ahora los limita. La motivación que la madre les dé, y el esfuerzo y la actitud que ella misma muestre, serán de suma importancia para sobrellevar las carencias económicas.

Además del efecto económico por un divorcio o una separación, de la repercusión psicológica por la pérdida de un modelo masculino o femenino, están las consecuencias del conflicto entre los padres, antes, durante y después de la separación.

Es de suma importancia evitar que estos conflictos involucren y dañen a los hijos, por esta razón, muchos especialistas coinciden y las investigaciones así lo demuestran, que las parejas que finalmente se divorcian y controlan en alguna forma esta problemática estresante, logran mejores resultados en la adaptación de sus hijos al nuevo esquema de vida, más elevada autoestima y menos problemas de conducta.

Entre más íntima haya sido la relación entre el padre ausente y su hijo, más grave será la repercusión en el pequeño, y entre más positiva y cordial sea la relación de la pareja después del divorcio, menos negativo será el efecto en los hijos.

La mayoría de los niños se adaptan a vivir en hogares de un solo padre después dos o tres años del rompimiento inicial. Las investigaciones demuestran que pasados unos pocos años, las funciones maternas y paternas se vuelven más fáciles; el problema resurge cuando se presentan nuevos matrimonios de alguno de los cónyuges, lo cual requerirá de nuevas adaptaciones, pero ese será el tema de otro artículo.

Anny vargas es una madre proactiva y colaboradora, que desea compartir con la comunidad sus experiencias y conocimientos sobre la vida en familia. Para el equipo de www.nuestroshijos.com.do es un honor recibir los valiosos aportes de padres que luchan por ser mejores y que procuran ayudar a otros a fortalecer los lazos de amor y comprensión en sus hogares. Bienvenida Anny!!!

*La autora de este articulo es , contadora, madre de un niño y miembro de la comunidad de padres de Nuestroshijos.com.do. Ella nos ofrece su punto de vista sobre un tema muy en auge en nuestros días.

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