Parámetros para evaluar a un@ amante

Una vez un amigo me preguntó que cómo definiría a un buen amante. Luego de titubear un poco, permanecí en silencio unos segundos y dije que no tenía una respuesta concreta.

UN BUEN AMANTE ES AQUEL NATURAL Y AUTÉNTICO EN LA CAMA
Luego, él me contestó: "Yo sí. Una buena amante para mí es simplemente una mujer desinhibida en la cama y que no siente vergüenza de mostrar su cuerpo".

Así de simple despachó el tema que es motivo de disputas y confrontaciones entre tanta gente. La verdad me quedé sorprendida de que no incluyera ningún atributo de experticio en cuanto a técnicas y maniobras.

El paso del tiempo me ha enseñado que, en realidad, se trata menos de técnica e incluso de experiencia, como de apertura mental, desinhibición, humildad y, sobre todo, profundo deseo hacia la otra persona y buena comunicación.

No hay que ser expertos para saber que en la cama salen a flote nuestras más profundas vulnerabilidades, y que se evidencia la relación de confianza o de resquemor que pueda vivir una pareja.

Pero desmitifiquemos el tema de la experiencia. Si a la mayoría de las mujeres les ha tocado más veces ser la más inexperta, entonces los hombres se quejarían continuamente de esa falta de conocimiento en el momento del sexo. Pero resulta que conozco hombres cuyas mujeres han tenido su primera experiencia con ellos, que hablan del excelente sexo que sostienen con ella.

También sé de una mujer experimentada que encontró en su camino a alguien que le gustaba mucho, pero que al momento del sexo fue un completo desastre. Viene a ser el caso que, unos meses después, ese ejemplo de "todo lo que no se debe hacer en la cama", resultó ser el mejor amante de su vida hasta ese momento. ¿Cómo? Simple: fue capaz de ser humilde, tenía un profundo deseo de aprender y satisfacerla, se entregó al disfrute y se olvidó de poses y tonterías.

Sí señores, así como cuando nos enseñan a bailar salsa nos dicen: "No mires los pies, siente el ritmo". Así, hombres y mujeres, por muy vividitos que se consideren, deben dejar la pericia de lado en cada encuentro sexual, y entregarse, como verdaderos seres primitivos, a olfatear y percibir las demandas del otro.

Un@ buen@ amante es aquel natural y auténtico en la cama, que tiene la capacidad de saber que habrá cosas que le gusten a alguien y a otro no, y tiene claro que cada cabeza y cada cuerpo es un mundo por descubrir. Ahí está precisamente la maravilla del sexo.