Triste San Valentín
SANTO DOMINGO. Rara vez el cine comercial se encarga del desamor. Nos referimos a aquellas historias de parejas que no tienen un final feliz. Como fenómeno social, el enamoramiento siempre ha tenido de su lado la ilusión; es natural que el ser humano busque o espere a su pareja perfecta, es algo a lo cual aspiran las grandes masas y el cine ha sacado gran partido de ello.
El desamor es un terreno que por defecto ha caído más bien dentro del ámbito del teatro y también del cine independiente. En el caso de cine norteamericano, el desamor ha sido tema de importantes directores, desde el sutil Casavettes hasta el mordaz Allen. El filme que hoy comentamos bien puede entenderse como la antítesis de la comedia romántica, es un drama en torno a una pareja con historias familiares complejas, que intenta aferrarse al matrimonio como una tabla de salvación. Es el amor de la calle, el de la mayoría de la gente que trabaja y lucha por hacerse de un futuro cada vez menos ideal.
La ilusión y el desencanto
Dean y Cindy se conocen accidentalmente; él es empleado de una agencia de mudanzas, ella todavía está en la secundaria y sueña con ser doctora en medicina. Se enamoran, parecen el uno para el otro, pero Cindy está embarazada de otro hombre. Deciden casarse de todos modos y forman una familia con la llegada de Frankie, una dulce niña que Dean cría como padre. Al cabo de unos años, Cindy es asistente de enfermería y Dean pintor de brocha gorda. La pareja empieza a distanciarse, los intereses ya no son los mismos. Tienen, además, diferentes ideas respecto a la crianza de Frankie; el diálogo se torna hosco y todo acaba en discusiones.
Un punzante guión
Interesante es el modo en que el guión establece la dinámica de la pareja. Dean y Cindy tienen una vida relativamente cómoda, sin lujos, pero sin mayores desafíos. La pérdida y atropello de la perra mascota de la familia es el detonante que desata la crisis, el pasado retorna triste y violento.
Es allí donde surge entonces el conflicto de fondo: ella aspira a más. Recrimina a su esposo el no tener ambiciones, de perder su potencial y talentos, de conformarse con trabajos sencillos. Él replica que no aspira a otra cosa más que lo que es, esposo y padre; no quiere otro tipo de trabajo, el que tiene le permite tener tiempo para ella y su hija. Estas diferentes maneras de ver el mundo y el sentido de la pareja pocas veces se ha tratado y aquí radica quizás el mayor aporte a la dramática fílmica de esta película.
Agudos diálogos
Los intérpretes Ryan Gosling (Dean) y Michelle Williams (Cindy) consiguen total credibilidad con sus personajes. Agudos diálogos van dando cuenta de la incomunicación entre dos personas que han perdido la capacidad de escuchar. Así, cada encuentro genera una espiral ascendente de un conflicto íntimo, que deja de serlo cuando la discusión involucra a terceros. Es en estos diálogos donde se consigue la mayor profundidad dramática, de allí la nominación al Oscar de Michelle Williams como mejor actriz.
Un montaje inteligente
Otro aspecto interesante de este filme es el montaje; la historia no se narra de modo lineal, sino que alternando distintos períodos en la historia de la pareja, que de un modo inteligente van completando el relato. Estos saltos en la temporalidad es posible que se hayan definido en la mesa de montaje. Ello reforzaría aquella idea de que el trabajo real del cineasta comienza cuando se enfrenta al material ya filmado, con el desafío de contar una historia atractiva y coherente.
Pero no espere el espectador una historia al modo tradicional del cine comercial, así como su temática es diferente, también su forma lo es. El ritmo del relato es pausado y el director decidió usar una canción que solo se escucha dos veces en el filme.
Recomendable para quienes laboran con parejas en conflicto y especialmente para quienes ya perdieron la ilusión romántica y empiezan a ver la vida en pareja desde otra óptica.
DE LA PRODUCCIÓN
Blue Valentine.
EE.UU. 2010. 112 min.
Dirección: Derek Cianfrance
Guión: Derek Cianfrance, Cami Delavigne y Joey Curtis
Fotografía: Andrij Parekh
Intérpretes:
Ryan Gosling
Michelle Williams
Faith Wladyka
John Doman
Mike Vogel