Toca aprovechar el momentum

Fitch Ratings, la calificadora de riesgos, lo afirma. El Fondo Monetario Internacional también. Las autoridades, desde la Superintendencia de Bancos y el Banco Central, cual padres orondos y complacidos, lo reiteran.

Naturalmente, la Asociación de Bancos Comerciales, orgullosa, lo promueve.

No cabe duda: La banca criolla muestra, en estos momentos, un desempeño operativo y una fortaleza patrimonial en sus balances que, del punto de vista comparativo, tanto en el tiempo como a nivel regional, es extraordinario.

En la primera gráfica captamos la evolución de la calidad bancaria durante los últimos quince años. Extraemos la información de la serie de tiempo estadística más larga que ofrece la Superintendencia de Bancos: 2000-2015.

La perspectiva es valiosa, sobre todo porque incluye el 2003-2004, uno de los períodos más difíciles para la economía criolla, precisamente debido a la crisis detonada por las debilidades estructurales que mostró la banca de entonces.

En el pico de la crisis, que excluye los balances de los bancos quebrados, de haberse tirado a pérdida los activos defectuosos en los balances (carteras y bienes adjudicados), por la insuficiencia de las reservas del momento, se habría castigado el 40.2% de todo el patrimonio bancario.