Dominicana en hospital de el Bronx: el COVID-19 nos ha sacado a las enfermeras del anonimato

Las estadísticas reportan que los casos confirmados en este condado superan los 23,400 y 1,500 las muertes

Ybelka Hill con la vestimenta especial que usa cada día para tratar a pacientes de COVID-19 en un hospital de el Bronx. (Fuente externa)

Ybelka Hill tiene 14 años trabajando en el sector salud en Nueva York, pero es hasta ahora cuando nota que el papel de las enfermeras ha tomado una relevancia clave por la atención que requieren los pacientes con COVID-19 en la ciudad.

Estaba de vacaciones en Santo Domingo cuando en enero pasado veía en las noticias que en China se estaba esparciendo el virus. Y ya en abril, mientras está en el hospital de el Bronx donde labora como enfermera, las cifras de casos confirmados en este condado superan los 23,400 y las 1,500 muertes.

En vez de atender a pacientes operados en la unidad de cuidados intensivos de cirugía cardiotorácica -a donde está asignada-, su servicio ahora se centra en las personas con COVID-19 que ocupan el área.

Hill es una dominicana de 44 años, oriunda de Villa Vásquez, en la provincia Montecristi. Emigró a Nueva York hace 28 años, donde estudió enfermería.

Dice que no se considera una heroína por trabajar en el sector salud durante la actual pandemia, pero sí se siente satisfecha al observar cómo el personal de enfermería ha salido del “anonimato”.

¿Cómo se prepararon para cuidar de su salud personal?

Siempre usamos la (mascarilla) N95 cuando estamos en la unidad de cuidados intensivos, aun así no estemos en la habitación de los pacientes. Siempre usamos guantes para tocar las cosas, también usamos los wipes para limpiar la estación de enfermería. Tratamos de hacer eso durante el día, aparte de uno tratar de cuidarse con una alimentación mejor y de tomar cosas que sirvan para ayudar el sistema inmunológico.

¿En la unidad han tenido decesos?, ¿algún paciente suyo ha muerto?

Hasta ahora, los días que yo los he tenido, no se me ha muerto ninguno, pero sí después me he enterado de que han fallecido. Ahora, por lo menos, estamos viendo que hemos podido desentubar algunos e incluso, antes de ayer (el sábado) dos pacientes, gracias a Dios, dejaron la unidad (...) Las primeras semanas nos fallecían por lo menos de uno a dos pacientes diarios, ahora estamos viendo como un poquito mejor las cosas.

¿Cómo se hacen para que esto no les afecte la salud mental?, porque en el fondo ustedes son humanos...

Primero que todo orando mucho, muchísimo, y poniendo a Dios por delante. Y tratar de enfocarnos en los que están vivos que podemos ayudar.

¿Alguno de los pacientes que ha atendido ha sido dominicano?

Sí, hemos tenido pacientes dominicanos en la unidad. Hasta ahora, de los que han llegado en la unidad, a mí no me han tocado dominicanos.

Cuando se levanta cada mañana, que sabe que es otro día enfrentando el coronavirus, ¿qué piensa sobre esto, y más por sus hijos?

Mis hijos (tiene cuatro) están donde mis padres, entonces puedo mantenerme sin mucho contacto con ellos porque ya están grandes. Los más pequeños, que son gemelos, tienen casi 18 años (...) No me acerco mucho a mis padres tampoco, porque también son de edad. Cuando estoy libre del trabajo, solo salgo a la calle si es absolutamente necesario. O sea, trato de no juntarme con nadie, porque no sé si yo lo pueda tener y pueda no tener síntomas y contagiar a otra persona.

¿Cómo saca motivación para seguir trabajando con el COVID-19?

Oro mucho y tengo mucha fe. Y otra cosa también es que trato de enfocarme más en lo positivo en vez de enfocarme en que voy para el traba o los pacientes se me están muriendo. Trato de ir y de enfocarme, y en pedirle a Dios de que sea un día productivo. Por ejemplo, ayer (el domingo), uno de mis pacientes pudimos desentubarlo y él estaba muy bien. Hablé con su mamá por teléfono. Esas son las cosas que motivan a uno para uno seguirlo haciendo (...) porque si te enfocas en lo negativo, de verdad paras en loco.

—Se cuestiona que sean del todo ciertas las estadísticas del gobierno, de que son más casos, de que hay más crisis. ¿La situación es tan grave internamente?

Pues sí, en realidad sí. Porque lo que pasa es que muchos profesionales de la salud también se están enfermando, entonces están teniendo que dejar de trabajar. Por ejemplo, en mi misma unidad, una enfermera que vaya y se enferme ya no puede venir a trabajar, pues ya las que estamos trabajando tenemos que cubrir esos pacientes que ella hubiese tomado. Eso también nos pone mucho peso sobre nosotros. Y sí, porque el flujo de enfermos ha sido demasiado grande, entonces el sistema no lo aguanta. Todos los países que están tratando esta cuarentena, eso es en realidad lo que están tratando de evitar, porque ahí es cuando el sistema de salud colapsa.

¿Tiene algún temor a nivel personal? Me imagino que sería infectarse...

Claro, este es el temor más grande de todos nosotros, incluso cada vez que tienes que entrar a la habitación de un paciente. Muchas veces, cuando les estamos haciendo cuidados, estamos a pulgadas de la cara del paciente, entonces eso es un miedo que siempre uno tiene. Por eso primero oro mucho y le pido a Dios que me cubra, no solamente a mi, sino también a mis compañeros de trabajo. Y también uno como humano toma todas la precauciones posibles: siempre usar la mascarilla, siempre usar guantes, usar la bata, usar los cobertores de los zapatos, te cubres los cabellos, la cabeza... Por ejemplo, no entro a mi apartamento con el uniforme con el que trabajo; me lo quito afuera antes de entrar, me baño inmediatamente y no toco nada antes de bañarme.

¿Hay algún caso de un paciente que le haya tocado personalmente?

Todos los casos, especialmente en esta situación en que los pacientes no pueden tener visitantes, porque los hospitales cerraron la visita de los familiares y de todo el mundo, para prevenir más el contagio. En realidad todos los casos, porque ya uno es que tiene que estar tratando de poner la familia para que hable con el paciente. Los doctores, gracias a Dios, pueden coger, por ejemplo, un iPad, para que los familiares puedan ver el paciente por medio del iPad.

¿Recuerda algún caso en que la persona se emocionó de ver a su familia o escucharla?

A mi hasta ahora no me ha tocado poner a nadie a hablar con su familiar, ya sea por teléfono o para que lo vean por videollamada, pero sí las compañeras mías que lo han hecho me dicen las anécdotas de cómo ellos ven que los pacientes reaccionan, que los familiares reaccionan al ver a su ser querido en una situación en la que en realidad no sabes si lo vas a volver a ver otra vez.

Hay campañas que los están llamando a ustedes héroes, los verdaderos héroes de esta situación. ¿Ustedes se consideran así?

En realidad no me considero ninguna heroína ni mucho menos. Ese es el trabajo que hacemos en el sector de la salud a diario. Es el trabajo que hacemos las enfermeras a diario. Lo único que sí en verdad estoy muy contenta, si se podría decir, es la luz que esto ha traído a lo que somos las enfermeras, al trabajo que de verdad hacemos. Esto como que nos ha sacado como de un anonimato en donde estábamos. No se apreciaba el trabajo de nosotras. Creo que es lo único bueno que puedo decir que he sacado de todo esto, pero en realidad, de ahí a ser considerada heroína o que seamos héroes, no, para mi no lo somos (...) Es simplemente lo que hacemos a diario, simplemente que ahora son condiciones diferentes, porque estamos tratando con una enfermedad que casi no conocemos, y de verdad que le ha causado muchos estragos al sistema de la salud, pero de ahí a ser héroes, no, estamos haciendo nuestra pasión que es atender a los demás, por lo menos por eso me hice enfermera.

¿Cómo visualiza que será su vida laboral en los próximos meses?

Para serte sincera, no tengo ni la menor idea, porque de esto van a pasar meses, porque aún cuando la pandemia esté más controlada, que no todos los pacientes sean del COVID-19, no sé cómo nosotros vamos a tener que tratar a los pacientes que llegan que no son de COVID-19, si todavía vamos a tener que tener las mismas precauciones, por si acaso ellos lo tienen, o protegerlos a ellos de nosotros.

¿Hay algo que extrañe en este periodo de su país, República Dominicana?

Siempre siento nostalgia por mi país. Estuve allá en enero, antes de todo esto empezar. Empecé a escuchar las noticias de China allá. Y siempre siento nostalgia por mi país. Adoro mi país, adoro mi patio, adoro mi pedacito de tierra. Creo que ahora, lo que más añoraría sería el clima, el calor de mi gente, la fe de mi gente.

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Editora de Economía y docente de periodismo. Se ha especializado en periodismo de investigación, multimedia y de datos.