Joven de 26 años, escritora y profesora de yoga es hospitalizada por COVID-19 en Nueva York

Fiona Lowenstein nunca sufrió de problemas respiratorios, se ejercita seis veces por semana y no fuma. Sin embargo, se encuentra hospitalizada por COVID-19.

"Pocas horas después de decidir tomar aislamiento social empecé a sentir dolores de cabeza y fiebre", contó a The New York Times.

“Traté de no asumir lo peor, pero, por las dudas, mi pareja y yo decidimos dormir en habitaciones separadas. A la mañana siguiente tenía tos", narró Lowenstein antes de ser diagnosticada con el virus.

La joven profesora de yoga explicó que pensaba pasar el ciclo de la enfermedad en su casa pero no le fue posible.

“Había escuchado que la gente como yo no tenía mucho de qué preocuparse”, dijo apoyándose en sus condiciones físicas y su estado de salud, relata Infobae.

Tres días después de ser diagnosticada con COVID-19 la joven pasó se sentir fiebre y tos a necesitar oxígeno de emergencia. “El lunes apenas podía hablar más que unas pocas palabras sin sentir que se me dificultaba la respiración. No podía caminar hasta el baño sin jadear como si hubiera corrido una milla”, escribió en su perfil de Instagram.

"Por muchas razones no quería ir al hospital. En primer lugar sabía que la gente con síntomas de COVID-19 tenía que permanecer en su casa y comprendía que era lo mejor para prevenir que el virus se diseminara, si era portadora. También sabía que los recursos de los hospitales, los médicos y los enfermeros, eran escasos, y pensaba que tenían prioridad otras poblaciones. Una parte de mí creía que iba a estar bien, porque era joven y, por lo demás, saludable”, narró Lowenstein en su columna en The New York Times.

Lowenstein indicó que los jóvenes no se toman en serio el virus que ya representa una crisis para la salud pública.

“De alguna manera el mensaje de quedarnos en casa todavía no ha penetrado en nuestra mentalidad generacional ni en nuestra capacidad", declaró.

En tal sentido, propuso a lo jóvenes que se quedaran en sus casa y que a quienes ayudan a las poblaciones más vulnerables que procuren protegerse ellos mismos.

“Nuestra invulnerabilidad ante esta enfermedad es un mito, y lo he vivido de primera mano", concluyó.