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Casa Blanca: presupuesto 2018, centrado en quienes pagan, no quienes reciben

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Casa Blanca: presupuesto 2018, centrado en quienes pagan, no quienes reciben

WASHINGTON. La propuesta presupuestaria de la Casa Blanca para el año fiscal 2018, que ahonda en los planes de recortes sociales y aumentos en defensa y seguridad, está pensada “desde el punto de vista” de los “contribuyentes que pagan y no de los que reciben”, indicó hoy el Gobierno estadounidense.

“Es el primer plan que se ha diseñado desde el punto de vista de los contribuyentes que pagan el presupuesto y no desde el de los que reciben”, dijo Mick Mulvaney, director de la Oficina del Presupuesto de la Casa Blanca, en una conferencia telefónica con periodistas.

Mulvaney subrayó que “no podemos medir la compasión por el dinero o las personas que están en los programas de asistencia social, si no por la cantidad de gente que sacamos de esos programas”.

Además, remarcó que la propuesta reduce progresivamente el déficit “hasta equilibrar las cuentas públicas al término de una década” y confía en un crecimiento sostenido del 3 % anual, fruto “del dinamismo y optimismo” que solía ser “normal” en EE.UU. y que viene estimulado por los recortes de impuestos y la retirada del exceso de regulación federal.

El plan, llamado “Unos nuevos cimientos para la grandeza de EE.UU.”, es el primer presupuesto integral del presidente, Donald Trump, desde que llegó al poder en enero pasado.

Uno de los principales damnificados es el programa conocido como Medicaid, que ofrece cobertura sanitaria a los ciudadanos de menores ingresos, y en el que se apuntan recortes de 800.000 millones de dólares en 10 años.

Asimismo, la Casa Blanca reduce en más de 190.000 millones de dólares la financiación del programa de alimentos para familias de bajos recursos conocido como SNAP, del que se beneficiaron 44 millones de personas en 2016.

También se otorga más competencia a los estados para que definan las exigencias de un mínimo de horas trabajadas o la búsqueda de empleo activo de sus beneficiarios.

“Los estados tienen una mejor perspectiva y son más flexibles para ver quién y cómo accede a esos programas sociales”, remarcó Mulvaney.

El funcionario destacó que se mantienen las promesas electorales de Trump de no tocar los programas de Medicare, de cobertura médica para mayores de 65 años y los de pensiones de la Seguridad Social, dos de los más costosos para las cuentas públicas.

Además, se propone por primera vez en EE.UU., un programa de baja por maternidad y paternidad diseñado por su hija y asesora, Ivanka Trump, por un valor de 25.000 millones de dólares en los próximos 10 años.

Finalmente, se insiste en las líneas maestras esbozadas por Trump en su anteproyecto de marzo, que incluían un impulso al gasto en defensa de 54.000 millones de dólares, equivalente al 10 %, y de 1.600 millones para la construcción del muro en la frontera con México.

Además, quedarían reducidos en gran medida los programas de protección medioambiental y de ayuda internacional.

La propuesta presupuestaria, no obstante, es más una declaración de prioridades políticas que un documento económico, ya que debe ser aprobado por el Congreso, donde habitualmente se somete a innumerables modificaciones.

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