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Charlène de Mónaco: una princesa con pasión por la natación

En Sudáfrica, su país natal, desde mayo, Charlène ha contado a una radio que volverá al principado en otoño cuando resuelva sus problemas médicos

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Charlène de Mónaco: una princesa con pasión por la natación
Charléne en 2019. (EFE)

La princesa Charlène entró en la familia real monegasca hace diez años, tras su enlace, todavía cuestionado, con el príncipe Alberto.

Ha comentado en su país, Sudáfrica, donde lleva desde el mes de mayo su país natal que tiene una infección de nariz, garganta y oídos. “No puedo forzar la curación y permaneceré aquí hasta finales de octubre”, y esto ha provocado que los rumores vuelvan a rondar su matrimonio con el príncipe Alberto de Mónaco.

Medallista olímpica

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Antes de acomodar el título de princesa al lado de su nombre, era más conocida como Charlène Wittstock, una joven nacida en Bulawayo, en Zimbabue, que con 12 años emigró con su familia, sus padres y dos hermanos, a Sudáfrica.

“En un primer momento, no teníamos electricidad, porque no podíamos pagar la factura. Mi padre tenía dos puestos de trabajo, mi madre daba clases de natación y, sin embargo, no podían pagar dos coches”, dijo la princesa en un viaje oficial a India en 2017 sobre aquellos primeros momentos, según recogió Paris Match. “Crecí de una forma muy simple con mis hermanos pequeños”, dijo en otra ocasión a la revista Hello!

La pasión por las brazadas la heredó de su madre, Lynette Wittstock. “Sé quién soy y de dónde vengo. Mi padre trabaja en ventas y marketing y mi madre es entrenadora de natación; eso es lo que encendió mi interés. Comencé muy temprano”, señaló también a Hello!.

Con 18 años se proclamó campeona de Sudáfrica de natación y acudió, el año 2000, a los Juegos Olímpicos de Sídney, donde quedaron quintos por equipos.

Ese mismo año conoció a Alberto de Mónaco, tras una carrera de 200 metros espalda en una competición en el principado.

Tras este primer encuentro, ella continuó con su carrera en el agua. En 2002, ganó tres medallas de oro en el mundial de natación, en las pruebas de 50y 100 metros crol y en relevos de 100 metros.

Durante los Juegos de la Commonwealth se hizo con una plata. En 2007, ya clasificada para los Juegos Olímpicos de Pekín, dejó de competir, según publica en su perfil en la página de la familia real.

Dos gemelos y otros hijos extramaritales

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La relación entre la Charlène y el príncipe monegasco se hizo pública en 2006, cuando ya llevaban algún tiempo juntos.

En aquel entonces, ella tenía 28 años y él, dos décadas más. En junio de 2010, anunciaron sus planes de pasar por el altar. La boda, precedida por los rumores del intento de fuga de la novia, desmentidos por ellos más tarde, tuvo lugar durante los dos primeros días del mes de julio de 2011.

Charlène ha sido una princesa a su propia medida, “a su manera”, como anunció tras la boda, durante todo este tiempo. En diciembre del año pasado, por ejemplo, estrenó un corte de pelo con el lado izquierdo de la cabeza rapado. “Ciertamente, de todos los miembros de familias reales, probablemente, soy la que ha probado más peinados diferentes y seguiré haciéndolo. Es mi decisión”, dijo al respecto a la revista francesa Point de Vue.

Las dudas han planeado siempre sobre su matrimonio, en ocasiones tachado de tapadera o de conveniencia. Cuando Charléne y Alberto no pasaron juntos su décimo aniversario de boda recientemente, los rumores de separación volvieron.

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Los príncipes de Mónaco en 2019. (EFE)

Las conjeturas sobre distanciamientos o separaciones han sido una constante y ellos las han desmentido en diferentes ocasiones. “Antes de que nos casáramos fuiste mi amigo mi guía, me protegiste. Cuando llegué a Mónaco, tuve que adaptarme a un nuevo ambiente”, le declaró ella en enero. “Aprendí escuchando, observando, pero fuiste sobre todo tú quien me ayudó y me mostró el camino. Estaré siempre a tu lado”, agregaba.

En 2014, nacieron los gemelos de la pareja, Jaques y Gabriella. Aunque la primera en nacer fue Gabriella, por un par de minutos, el heredero es Jaques, ya que los varones aún tienen preferencia en la línea sucesoria.

“Es el período más largo que he estado lejos de Europa y de mis hijos”, dijo la princesa en la entrevista radiofónica sobre su actual estancia en Sudáfrica. Aparte de los mellizos, Alberto tiene otros dos hijos mayores reconocidos, Jazmin Grace y Alexandre Grimaldi, que no tienen derecho al trono al no haber sido concebidos dentro del matrimonio.

A los que podría añadirse una tercera: a finales de 2020 se registró en Italia una demanda de paternidad por parte de una mujer brasileña, que asegura que su hija de 15 años es fruto de una relación con el príncipe.

Sea como fuere, hasta los próximos meses no sabremos si la princesa nadadora va a continuar con su matrimonio o, finalmente, tenemos noticias de separación.

Texto: Mateo Castillo

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