https://resources.diariolibre.com/images/binrepository/image_content_8906291_20171003162423.jpgLas propuestas para la primavera/verano 2018 del diseñador alemán Karl Lagerfeld para la firma Chanel durante la Semana de la Moda de París.
(EFE/IAN LANGSDON)
El “Grand Palais” de París, ubicado en los jardines de Champs-Élysées, es la inspiración pura del arte francés, y ayer sirvió de escenario para pasear la colección primavera-verano 2018 del diseñador alemán Karl Lagerfeld para la maison Chanel.
No puede faltar el tweed pero la pieza protagónica fue el plástico. El desfile se caminó entre cascadas, un puente de madera sobre una piscina de unos 25 metros, con agua que luego fue reciclada, y una inspiración marina salpicada en los colores, fruto de la experiencia de Karl de los lugares en los que vivió durante su niñez.
Botas, sombreros, gabardinas, guantes, todo en plástico transparente, en atuendos que te hace querer saltar y cantar “I’m singing in the rain”, con la gracia de Gene Kelly. Esta pasarela juega con la fuerza de la naturaleza, para cambiarle el rostro inclemente, que por estos días nos ha sido rebelado. Aquí su imponencia se desdobla en armonía, el mejor telón de fondo para la siempre impresionante obra creativa, expuesta por el diseñador.
Sin duda, Chanel se supera cada año. Y nos encanta.
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