La huella psicológica del franquismo
EFE
La inminente exhumación de los restos del dictador Francisco Franco del complejo monumental donde fue enterrado en 1975 servirá para pasar página pero solo de manera parcial, puesto que la huella psicológica de su régimen sigue impresa en la idiosincrasia de la sociedad española.
'Cualquier evento histórico relevante que además perdura en el tiempo (...) cambia la sociedad en que se produce, cambiando los modos de vida y los modos de enfrentarse a la vida y sus dificultades', explica a Efe Guillermo Fouce, doctor en Psicología y profesor de la Universidad Complutense de Madrid.
Y una dictadura 'tan larga' como la franquista (1939-1975) 'condiciona incluso hasta a sus oponentes', sostiene a Efe en la misma línea el filósofo Manuel-Reyes Mate, miembro de la comisión de expertos que se creó para analizar el futuro del Valle de los Caídos, de donde saldrán los restos de Franco este jueves para ser trasladados a un cementerio municipal en El Pardo (Madrid).
Mate insiste en que incluso entre quienes se opusieron a la dictadura 'había comportamientos adquiridos consciente e inconscientemente que eran producto de la situación y que no se hubieran dado, al menos de la misma manera, en un contexto diferente'.
Además, añade que 'la oposición al franquismo se educó con unos límites que explican en parte las debilidades de la democracia' española, entre ellas 'confundir las ideas con ideologías' o 'asumir que del pasado no se puede ni debe hablar'.
Desconfianza en la política
Hay otros 'elementos' todavía presentes en la sociedad española como herencia del franquismo, como por ejemplo 'un miedo sociológico muy marcado por un régimen no solo dictatorial, sino que impuso durante años el terror y la represión', afirma Fouce.
'Hay personas que aún ahora no hablan y tienen miedo', agrega este experto.
Por otro lado, a su juicio, 'la baja participación política' en España bebe de una de las advertencias más comunes durante el franquismo: 'no te metas en política'.
Según Reyes Mate, lo que existe es 'desconfianza ante la política y los políticos' y, junto a eso, un 'desdén por lo público que se manifiesta de diferentes maneras, por ejemplo estafando al Estado, un deporte nacional'.
También observa el filósofo 'desinterés' por implicarse en lo común. Si un ciudadano 'puede escaquearse en una comunidad de vecinos de la función de presidente o secretario, se celebrará como un triunfo', argumenta.
Otra realidad es que cada generación tocada por el franquismo lo enfrenta, analiza o se hace preguntas de distinta manera.
Está la 'generación protagonista, casi desaparecida, que vivió en las trincheras' y luego 'la de los hijos, que sabían pero callaban, o no sabían y no querían preguntar', anota Reyes Mate.
Y 'ahora está la de los nietos, que tienen vagas ideas de lo que fue la Guerra Civil y la posguerra, pero que quieren saber o pueden oír', añade.
Son precisamente esos nietos quienes 'están volviendo' a tratar el franquismo, liderando los movimientos denominados de 'memoria histórica', destaca Fouce.
Necesario ejercicio de memoria
Para el profesor de la Complutense, 'posiblemente sea necesario un ejercicio de reconstrucción y memoria para que se pueda pasar pagina del todo', aunque cree que 'será sumamente difícil' mientras haya asuntos pendientes como los 'niños robados' o las fosas con víctimas de la Guerra Civil y del franquismo.
Para liberarse del pasado franquista 'hay que enfrentarse a la memoria histórica', subraya tajante Reyes Mate.
El filósofo opina que al 'concepto de memoria, bien entendido, debería ir íntimamente unido el de 'nunca más', es decir, de superación del pasado'.
'Y eso no se lleva entre nosotros', lamenta a continuación al asegurar que 'el problema en España es que la memoria de la memoria histórica es más justicia o justiciera que memoria'.
Además, Reyes Mate alerta de que, 'ocupados' ahora en la exhumación de Franco, se está 'descuidando lo fundamental: qué hacer con el Valle (de los Caídos)'.
En el lugar donde Franco recibió sepultura en su día con honores de jefe de Estado están enterradas al menos 33.847 personas, un tercio de ellas sin identificar y en su mayoría combatientes de los dos bandos de la Guerra Civil española.
La comisión de expertos sobre el futuro del Valle de los Caídos de la que formó parte Reyes Mate propuso en 2011 exhumar los restos de Franco y abordar un proceso de 'resignificación' del enclave que ya auguraban muy complejo, bajo el precepto de 'explicar y no destruir' el conjunto.
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