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Cambio de gobierno
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Los cubanos acogen a Díaz-Canel sin sorpresa y con anhelo de prosperidad

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Los cubanos acogen a Díaz-Canel sin sorpresa y con anhelo de prosperidad
El primer secretario del Partido Comunista de Cuba y ya expresidente Raúl Castro (d) y el recién electo presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel (i), saludan hoy, jueves 19 de abril de 2018, durante la sesión de clausura de la IX legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en La Habana (Cuba). EFE/Alexandre Meneghini/POOL

LA HABANA. Los cubanos de a pie, preocupados por vivir decorosamente su difícil día a día, acogen hoy sin sorpresas y con esperanzas de que “algo mejore” la ratificación de Miguel Díaz-Canel como nuevo presidente, sucesión que “se veía venir desde hace rato” y que marca el inicio de la era poscastrista en Cuba.

“Eso estaba cantado. (Díaz-Canel) ha estado saliendo mucho en el televisor, al lado de Raúl (Castro)”, dijo a Efe Yorjandy, en referencia al frecuente protagonismo del hasta ahora “número dos”

del Gobierno cubano en los medios oficiales, visto como una señal inequívoca de su probable ascenso.

Para el joven de 26 años, “no importa quién sea el presidente, mientras haga algo por mejorar esto”, aunque reconoció que “no se le ocurre alguien más” para tomar el testigo de Raúl Castro, que deja la primera línea política tras doce años de mandato.

Como estaba previsto, en una histórica sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP, Parlamento unicameral), Miguel Díaz-Canel, de 57 años, se convirtió hoy en el primer gobernante cubano que no lleva apellido Castro en casi sesenta años.

Ingeniero electrónico de profesión y dirigente curtido en las estructuras del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal), el hombre que pilotará la nueva era poscastrista fue saludado con ovaciones por los más de 600 diputados que lo eligieron para relevar a la “generación histórica” de la Revolución.

“Me gustó mucho que en su discurso Díaz-Canel rindiera homenaje a los que lucharon por la Revolución. Que no se olvide lo que hicimos y por qué estamos aquí”, comentó la octogenaria Argelia, quien estuvo “pegada al televisor” para no perderse nada desde su hogar en la barriada habanera de Miramar.

Esta exdirigente sindical se “alegró mucho” por la designación como primer vicepresidente del veterano Salvador Valdés Mesa, de 72 años, un líder de la vieja guardia revolucionaria que refuerza el mensaje continuista del nuevo Gobierno y que estuvo al frente de la Central de Trabajadores de Cuba.

Héctor, un graduado de Física de 56 años que también siguió la señal oficial, coincide con Raúl Castro, quien al cerrar la jornada en la Asamblea auguró el “éxito absoluto” de Díaz-Canel en sus nuevas responsabilidades.

“Nadie mejor que él, por algo lo vienen preparando desde hace años”, sentenció tajante.

En las calles de La Habana, donde el calor reina y la “tragedia del transporte te consume”, según Cristina, una maestra de 47 años, la realidad cotidiana se impone y la euforia queda en otro plano, acallada por la “lucha diaria del cubano”.

Porque mejorar la situación económica y lograr la anhelada prosperidad para los isleños será el principal reto del nuevo gobernante, y también su mejor baza para obtener el respaldo de una ciudadanía preocupada porque sus bajos salarios apenas les alcanzan, el transporte funciona mal y las viviendas están muy deterioradas.

“No pude ver la trasmisión de la televisión, ni el discurso de Díaz-Canel. Esta noche me sentaré a ver la repetición. Yo lo que quiero es que algo mejore, que cambie algo, pero para bien, no que vayamos atrás después de dar dos pasos adelante”, insiste la profesora de español mientras espera un autobús público.

Afectada por el cierre virtual de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, Cristina desea sobre todo que se normalicen nuevamente las relaciones bilaterales, malogradas por el actual estado de tensión entre ambos países, porque se quedó “con la entrevista pagada para solicitar la visa y ver a la familia de allá”.

“Yo tengo tanta o más incertidumbre que ayer antes de los discursos de Díaz-Canel y Raúl”, apuntó por su parte el joven periodista y emprendedor Alejandro, del equipo fundador de “El Toque”, uno de los medios alternativos cubanos más influyentes del nuevo y cada vez más plural panorama comunicativo en la isla.

La nueva Presidencia cubana “ciertamente podría significar una renovación en la forma de Gobierno” pero no “una mayor apertura”

porque “Díaz Canel es un ‘sobreviviente’, el que ellos prepararon.

Esa fue una confesión muy fuerte”, agregó sobre el discurso de Raúl Castro, que “dio muchas claves” sobre su sucesor.

“No creo que Díaz-Canel se salga del guion raulista” vaticinó Alejandro, quien recordó que “Castro ha dejado bien claro que no piensan dejar de seguir planificando todo, sin contar con la participación del pueblo” y “sin tener en cuenta a los líderes populares”.

Mientras, inmutables ante acontecimientos históricos, Yurisander y Leticia, de 16 años, han estado “casi todo el día en la escuela y después en la wifi” - uno de los cientos de sitios públicos de internet inalámbrica abiertos en el país- sin enterarse “de nada que diga el televisor”.

Por: Yeny García

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