Un transporte más accesible, el principal legado de los Paralímpicos de Tokio

Los Juegos Paralímpicos de Tokio han legado un transporte público más accesible y seguro para las personas con discapacidad en Japón, donde hasta hace unos años las puertas en los andenes eran escasas y viajar en grupo en silla de ruedas suponía una quimera.

La gran escala de las obras acometidas para la cita olímpica ha hecho posible la reforma de estaciones complejas "que se decía que eran imposibles de acondicionar", dice a Efe Satoshi Sato, el secretario general de la rama japonesa de la organización sin ánimo de lucro Disabled Peoples' International (DPI).

Sato, usuario de silla de ruedas desde la niñez tras sufrir un accidente con 9 años y buen conocedor de la evolución de la accesibilidad en el país, hace balance sobre las mejoras y tareas pendientes de cara al primer aniversario de la apertura de la cita olímpica de Tokio 2020 el 23 de julio.

TRENES CON MENOS BARRERAS

La infraestructura pública japonesa "ha cambiado mucho después de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Lo más destacado son los arreglos para el acceso de discapacitados, sobre todo en el tren", explica Sato, de 55 años, que pone como ejemplo la populosa estación de Shinjuku en Tokio.

Pese a ser la estación más concurrida del mundo, hasta hace varios años sólo había un acceso para personas con movilidad reducida. Hoy en día hay al menos seis salidas con ascensor, con capacidad para 24 personas en algunos casos, y se ha abierto un corredor que atraviesa la estación.

Son numerosas las terminales, principalmente en grandes urbes, en las que se han creado nuevas rutas e instalado más ascensores.

El 95 % de las estaciones con una afluencia diaria de más de 3,000 pasajeros (unas 160) contaba a finales de 2020 con ascensor y plataformas salvaescaleras, según el libro blanco de 2022 del Ministerio de Tierra, Infraestructura, Transporte y Turismo.

Las autoridades han empezado a reformar las terminales con al menos 2,000 pasajeros diarios, 200 más.

Otra de las transformaciones más visibles ha sido la instalación de puertas de seguridad en los andenes, una petición que sobre todo la comunidad invidente llevaba tiempo reclamando ante los repetidos incidentes y fallecimientos por caídas evitables a las vías.

"El objetivo inicial era ponerlas en 800 estaciones, y se ha cumplido", explica Sato, quien espera que estos dispositivos de seguridad se instalen en hasta 3,000 andenes.

Pero el cambio más notable, dice, se ha producido en los trenes de alta velocidad. La ley de accesibilidad nipona requiere desde 2021 que el 70 % de los trenes sean "sin barreras", e incrementar el número de plazas para usuarios de silla de ruedas.

Antes había solo uno o dos asientos específicos, "por lo que era imposible viajar en grupo" y los pasajeros en silla de ruedas tenían que separarse en vagones o incluso trenes distintos, según Sato. Ahora hay entre tres y seis plazas, dependiendo del número de asientos, "por lo que pueden viajar juntos y conversar".

TAREAS PENDIENTES EN COMERCIOS Y VIVIENDAS

Si bien los Juegos trajeron consigo una transformación del transporte, Sato aprecia tareas pendientes importantes en comercios y restaurantes. "El transporte tiene una regulación muy minuciosa, pero no hay ninguna para las tiendas", explica.

Las grandes superficies tienen normativas en lo que a pasillos y ascensores se refiere, lo que no sucede con el interior de los comercios, característicamente estrechos.

Sato, que forma parte de los comités que asesoran al Gobierno en políticas para discapacitados y en materia de transporte, dice que el colectivo insiste en la necesidad de mejorar también el sector inmobiliario, porque "el número de viviendas accesibles comparado con el de hace 20 años apenas ha aumentado".

MÁS CONCIENCIACIÓN NECESARIA

Los organizadores buscaban que los Juegos Paralímpicos ayudaran a incrementar la concienciación sobre este colectivo, pero a juicio de Sato no existe mucha diferencia en la percepción de la sociedad nipona.

La pandemia de covid-19, que llevó a la celebración de unos Juegos a puerta cerrada y motivó a muchas personas del colectivo a salir menos podría haber lastraron este objetivo, dice.

"Lo más importante es inculcar la educación desde niños y promover la integración de los alumnos con discapacidad en las clases. En los países donde se hace así se tiene una alta concienciación", señala, apuntando a la todavía propensión a la segregación en Japón.

"Ya es tarde para hablar de una sociedad de convivencia cuando la gente ha crecido. No pueden tener una imagen bien formada porque no han tenido contacto y esa es la base del problema", considera.

Lo que sí cree es que los Juegos han ayudado a darles más voz en los medios, que ahora recogen más a menudo sus opiniones.

EFE

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