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Escena de cuádruple crimen está expuesta a cualquier persona

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Escena de cuádruple crimen está expuesta a cualquier persona
La casa tiene acceso libre hasta su interior y dentro permanece el desorden que impera desde el primer día. (PEDRO BAZIL)

SANTO DOMINGO. La residencia donde el pasado jueves fueron hallados cuatro cadáveres permanece accesible a cualquier persona que quiera entrar a ella y contaminar la escena.

La casa sin número y con su fachada pintada de azul, ubicada en un segundo nivel y dentro de un callejón de la calle Antonio Álvarez del kilómetro 8 de la carretera Sánchez permanece abierta y sin ningún tipo de vigilancia por parte de las autoridades.

A pesar de que el hecho aún está bajo investigación, en el lugar no hay ni siquiera una cinta que indique que se trata de una escena de un cuádruple crimen y donde se encuentran objetos que pudieron ser utilizados en los asesinatos.

Aunque la vivienda se ha convertido en un lugar temido, al que ni los vecinos quieren acercarse, no existe ninguna dificultad para que cualquier persona suba las escaleras de metal, llegue al pasillo que conduce hasta su entrada que está resguardado por una pequeña verja de metal, pero que permanece sin candado o algún mecanismo que impida abrirla.

Una vez en el pasillo de la casa, no representa dificultad entrar a la vivienda, ya que su única puerta de entrada y salida permanece abierta, y la verja que la aseguraba fue desprendida el día del hallazgo de los cadáveres para poder acceder y permanece arrimada a la pared frontal.

El interior de la humilde vivienda, de dos habitaciones, también puede ser recorrido sin ningún tipo de dificultades, ya que las puertas interiores no tienen ningún tipo de seguridad y se ubican en un pasillo de alrededor de un metro de ancho, al final del cual se encuentra el único baño de la vivienda, el que puede verse por completo incluso desde la sala, que es otro pasillo, aunque de casi el triple de ancho, en cuyo final se encuentra la cocina.

Dentro no hay ninguna señal que indique que alguno de los ajuares de la casa no puede ser tocado, y por el contrario hay un reguero entre ajuares de la casa, ropa y herramientas diversas que se encuentran tiradas en todo el lugar.

La casa del terror

Los vecinos de la vivienda del cuádruple crimen, dicen que se ha convertido en una especie de casa del terror, por donde nadie quiere cruzar solo, a pesar de representar la única salida hasta la calle para muchas de las personas que residen en el lugar.

Dicen que desde que los cuerpos fueron encontrados, los niños deben salir acompañados de adultos cuando van a la escuela, y ni siquiera juegan en el entorno, como era costumbre.

“Por aquí nadie duerme con el sobresalto de escuchar o ver algo” dijo Ana Marte, quien afirma que los residentes en el primer nivel de la vivienda, el mismo día que sacaron los cuerpos se mudaron, y aunque tienen sus pertenencias dentro, no han vuelto a la casa y diligencian rentar otro lugar para vivir.

El pasado jueves 8, alertados por el hedor que procedía de una vivienda en el sector Enriquillo de la carretera Sánchez, las autoridades levantaron en estado de descomposición los cadáveres de Reyna Isabel Encarnación Morales, de 30 años, y sus hijos, Daniela Bodden Encarnación, de 10; Rahamín Bodden Encarnación, de 9 y Ángela Bodden Encarnación, de 6, por cuyas muertes se responsabiliza a Víctor Portorreal Mendoza, a quien este lunes le fue dictado un año como medida de coerción.

Portorreal admitió, en los interrogatorios que se le practicaron, haber cometido los hechos, según dijeron las autoridades policiales, los días cuatro y cinco del mes en curso y continuó realizando sus actividades de manera normal.

Sigue mal olor

Aunque la casa fue fumigada aún se siente un mal olor que se expande por todo el lugar cuando sopla el viento, lo que mantiene atemorizados a los lugareños ante la posible propagación de enfermedades en la zona.

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