Hablando de familias

El jefe de la Policía se ha estrenado (buena suerte en el cargo) con un alegato en favor de “desarrollar el país en base a fortalecer el núcleo familiar”.

Terreno resbaladizo, ese. Bien intencionado, sin duda. Pero es un mensaje muy vago. ¿De qué hablamos cuando hablamos de familia? ¿Somos realistas, sinceros cuando hablamos de la “familia dominicana”? De acuerdo con los informes sociológicos y demográficos estamos muy lejos de esa célula base de la sociedad a la que se alude en los mensajes públicos con los que políticos y líderes religiosos exhortan a “recuperar los valores”.

La paternidad irresponsable, para empezar, es una epidemia. La tasa de mujeres solas que son jefas de hogar es muy alta en todos los estratos económicos, mayor en los más bajos, en comparación con otros países del área. Los embarazos de adolescentes, un problema gravísimo. Como resaltó en este medio el Dr.Pedro Mendoza, solo el 10% de las adolescentes embarazadas encuentran apoyo familiar. (Piensen en el caso de Emely Peguero, ella tenía 15 años. No se ha sabido quién es el padre del asesino confeso, no parece haber estado presente en su vida. Desde luego no en estos días.)

Más: tener “hijos en la calle”, como vulgarmente se dice, no es lo habitual pero tampoco es raro. La “segunda base” es un chiste compartido entre tragos. “Esconder” a los hijos homosexuales para no “escandalizar” al entorno social es más común de lo que asumimos. La violencia intrafamiliar, una batalla en la que no vamos ganando. ¿De qué hablamos cuando decimos “familia”? ¿De lo que queremos ser, de lo que creemos ser?

¿Reforzar el núcleo familiar? Claro, por supuesto... Cuando funciona, la familia es el entorno confiable y seguro al que todo niño tiene derecho y que a cualquier otra edad es necesario. Pero... ¿son la mayoría?

IAizpun@diariolibre.com

Inés Aizpún