La cirugía

El primer cirujano plástico que entrevisté lo explicaba así: cuando veo entrar a una mujer por la puerta ya sé cuántas veces más va a volver. Una cirugía siempre arrastra otra.

Para unos es adicción, para otros tiene sentido. Poco a poco hay que ir retocándose para que el conjunto se vea armónico. Y no se termina nunca porque el reloj no se detiene. Nada es más inevitable que el paso del tiempo...

¿Es ridículo? No, no lo es. Es muy complejo. Es un tema de satisfacción personal, de autoestima o simplemente de perfeccionismo. Es querer verse bien, con la idea que cada quien tiene de verse bien. O es por amor o por despecho, por desesperación, por inseguridad o por todo lo contrario. Y porque cuando se es bella, se quiere seguir siendo la más bella. Hay quien llega al quirófano empujado por la envidia o arrastrado por los celos o en volandas por coquetería. Por diversión. Porque falta. O porque sobra.

Hay casos dramáticos: algunas cirugías las provoca el miedo a la muerte plasmado en terror a envejecer y otras veces son una declaración de amor a la vida: ¿por qué alguien querría verse mal cuando puede verse mejor?

¿Es vanidad? Por supuesto, dicen los estrictos (y aburridos) moralistas. Pero solo a veces. También hay cirugías por necesidad, física o mental. Y la realidad es que cada quien se opera, arregla, pincha, infiltra, rellena, levanta, corta, recorta... lo que quiere o puede. O nada y también está bien.

La cirugía plástica es otro campo que delata el avance en la igualdad entre los géneros. Desde que hay hombres que se depilan, el planeta y las civilizaciones que en él cohabitan son otros. Y quien dice depilar, dice teñir, rellenar los labios, quitarse arrugas, estirar la cara, hacerse una liposucción...

¿Es vanidad? A veces, otras veces no. Frecuentemente es una orden de su esposa y entonces al operando se le aplican todas las razones anteriores...

Inés Aizpún

Inés Aizpún es una periodista dominicana y española. Actualmente es la directora de Diario Libre. Ha recibido el premio Caonabo de Oro, el Premio de la Fundación Corripio de Comunicación por su trayectoria, y el premio Teobaldo de la Asociación de Periodistas de Navarra.